Desveló

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— ¿han visto a Popee? —pregunto su padre

Los presentes negaron.

— seguramente sigue dormido —respondí

— pero el no es de los que se levantan tarde —explico Keda

— es mi culpa, anoche después de que reviviera le mantuve entretenido hasta que salió el sol —exprese apenada

— en ese caso desayunemos sin el —hablo la azabache

El día continúo con "normalidad", muy al estilo de aquel circo. Popee se íntegro luego de un rato, podía notarse cansado y desvelado, aún con ojeras en su rostro por lo que se encontraba más calmado de lo usual, no parecía haber riesgo de muerte, así que decidí acercarme.

— buenos días Popee —le saludé

— hola alien2 —regreso el saludo con voz suave

— creo que prefiero que me llames por mi nombre

Paso de largo ignorandome para meterse a una carpa de la cuál salió segundos más tarde con un monociclo en manos. Me límite a observar. Camino por el circo dando pasos largos y extenuantes, subió las escaleras que le conducían a la cuerda floja que se encontraba a una altura de diez metros sobre el suelo. —“esto no terminara bien”— pensé.

Estaba más que claro que no se encontraba al cien de energía, de echo parecía que se quedaría dormido en cualquier momento.

Subió a su monociclo y pedaleo cruzando por la cuerda sin muchos ánimos, parecía que no le importa si lograba cruzar con éxito o si caía en el intento, no se esforzaba en lo más mínimo. Esto llamo la atención de todos quienes hacíamos de espectadores, parecía que sería el primer éxito de Popee. Curiosamente logro cruzar sin ningún contratiempo, haciéndolo perfecto, todos aplaudimos ante su triunfó.

Volvió a cruzar, está vez sosteniéndose del asiento con una sola mano levantando todo su peso, nuevamente con éxito. El público estaba impresionado, sin embargo no dejaba de preocuparme su estado físico pues era debido a mi al hacerlo trasnochar.
Tanto era su cansancio que ni siquiera alardeó de sus logros pues no se había percatado que contaba con espectadores que le aplaudían y animaban, al parecer no alcanzaba a escucharnos. No era el de siempre, le hacía falta más energía y decidí ayudar.

— oye Papi —llame su atención

— ¿qué pasa?

— ¿tenemos bebidas energéticas? —pregunte

— si claro, están en la cocina

Así pues me dirigí hasta aquel sitio en búsqueda de algo que le despertase por completo para sacarlo del trance en el que se encontraba. Termine encontrando la bebida dentro del frigorífico, el primer paso completado, ahora venía la parte complica: entregárselo.
Subi las escaleras sin pensarmelo demasiado, llegando junto a tiempo, antes de que volviese a cruzar.

— hey Popee —le llamé

— extraterrestre

— llámame por mi nombre quieres —respondí un poco disgustada— eh venido a traerte una bebida energética, te despertara

Nuevamente parecía que no escuchaba lo que decía ya que ni siquiera miro la botella, tan solo inclino la cabeza hacia un costado tratando de entender mis palabras.

— servirás de peso extra —expreso

Antes de que pudiese reaccionar si quiera, aquel chico me tomo en brazos cargandome cuál princesa sin haber preguntado antes, subió al monociclo y comenzó a pedalear llevándome consigo por la cuerda floja en el monociclo.
Fue inevitable no mirar hacia abajo lo cual me provocó vértigo al instante y como primera reacción me aferre al aprendiz de payaso mientras que cerraba los ojos con fuerza.

— ¡voy a morir! —exclame asustada

— cállate no grites me aturdes

A pesar de que tenía los ojos cerrados, termine escondiendo mi cabeza en su pecho, sentía mi corazón latir a mil por hora, no iba a mentir, me sentí aterrada. Para cuándo me di cuenta ya habíamos cruzado al otro extremo completamente a salvó, esto lo supe debido a los gritos del público. Finalmente abrí los ojos, aún estando en los brazos del rubio, me sentí aliviada, —“por un momento olvide que el no podía morir”—.

— lo logramos —dije con regocijo

— crucemos de nuevo

— me niego —declare

Definitivamente no volvería a cruzar por esa cuerda. Abrí la bebida para dársela a tomar a la fuerza, tosió un par de veces, casi se ahoga, sin embargo logro recobrar energías de a poco, hasta que logro terminarse la botella.

— ¡¿qué crees que haces?! —reclamo— ¡casi muero ahogado!

Había vuelto a la normalidad.

— lo siento, debía despertarte de una u otra forma

Apenas respondí baje con rapidez las escaleras antes de que aquel rubio se enfade aún más y terminé sufriendo las consecuencias.

Una vez me mantuve a salvó a una distancia considerable, le seguí observando. Ahora que ya había recuperado sus energías, sus arranques de ira llegaron e hizo una rabieta como de costumbre.

Arrojo unas cuantas bombas, cuchillos y otros objetos punzantes que guardaba en su bolso mágico, por supuesto tuvimos que esquivar todo eso. Quiso intentar cruzar por la cuerda con el monociclo, sin embargo en esta ocasión fracasando en el intento, cayendo e impactando contra el suelo levantando arena, sin embargo no falleció pues aún seguía fuera de sus cabales, una clara señal peligro inminente.

Me negaba a morir de nuevo, así que me escondí en el primer sitio que encontré; —“tal vez fue una mala idea darle esa bebida”— me dije a mi misma. No era momento para lamentarse, lo único que importaba era mantenerme a salvó escondida en una carpa.

Luego de un buen rato y muchas rabietas, pude ver por la abertura de la cortina como aquel chico se cansaba y detenía, poco a poco el efecto de la cafeína se desvanecía de su cuerpo. Fue entonces que decidí salir.

— Popee —le llame dudosa

— ser de otro planeta —dijo con un tono suave

— ¡que me llames por mi nombre! —respondí molesta

Miraba como ese chico se tambaleaba, apenas podía mantenerse en pie, estaba segura que se desmayaría en cualquier momento.

— el efecto de la cafeína se agota

— mis ojos se cierran —termino de decir apenas

Perdió el equilibrio, estaba a punto de caer, más logré sujetarlo a tiempo.

— te llevaré a tu carpa, necesitas dormir

— tengo mucho sueño.. —susurro

— lo sé

Con un poco de esfuerzo logré llevarlo hasta su habitación en dónde lo acosté sobre la cama y cubrí con las sábanas, el callo inmediatamente en los brazos de Morfeo.

Su respiración era suave y en su rostro una expresión tan tranquila que ni siquiera pareciera que se trata del mismo aprendiz de payaso que conocía, verle así me hizo sonreír tontamente.

— se mira tan lindo mientras duerme —dije suavemente para no despertarle

Todos estaban muertos a excepción de nosotros dos, así que decidí simplemente quedarme a su lado hasta que los demás revivieran o el despertara lo que sucediera primero.

— lo lamento —me disculpe por haberle causado problemas

Al verle tan indefenso no pude evitar tocar su flequillo con la excusa de acomodarlo, su cabello era tan sedoso al tacto. Termine acariciando su rostro pasando mi mano por su mejilla, su piel era tan suave y pálida, parecía un muñeco como de porcelana.
Inevitablemente me sonroje cuál tómate al darme cuenta de lo que hacía.

— no tengo remedio…

Ese día aprendí a no mantenerle despierto hasta el amanecer.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Where stories live. Discover now