Inusual

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Otro día normal en el circo, convivía con todos los integrantes de esta "familia" circense, reíamos y la pasábamos bien hasta que en un momento dado, se me dió por mirar hacia un costado encontrándome con un ventanal enorme sin mucho contexto. La curiosidad me carcomía por lo que me acerque para colocar mis manos sobre el cristal y asomarme para mirar dentro encontrándome con el interior de mi casa, me pareció extraño mas seguí mirando.

En el fondo, sentada sobre la mesa se encontraba mi madre ocupada en su trabajo igual que siempre solía hacer cuando estaba en casa. De pronto apareció otra persona, se trataba de mi, pero más pequeña, una infante que se acercaba a su madre hablándole sobre cosas triviales. Aquella mujer dejo en pausa sus labores para centrarse en la menor que le llamaba con entusiasmo.

No podía escuchar nada al encontrarme detrás de la ventana, solo podía observar.

Ambas desaparecieron para ahora encontrarse en la sala conmigo ya mayor, exactamente mi yo actual, ahora ambas se encontraban discutiendo separandose una de la otra y tomando diferentes rumbos. Sentí una enorme tristeza.

La ventana cambio y se convirtió en un espejo el cual me reflejaba, sin embargo en mi reflejo usaba el uniforme de mi escuela, mi semblante era decaído, cansado, agachaba la cabeza y como sombra, la silueta de mi madre que me daba la espalda con rigidez e indiferencia. Aquella sombra apenas giro su cabeza revelando su mirada que reflejaba superioridad y poco o nulo interés en mi persona.

Sentí mi rostro mojado y lentamente abrí mis ojos con un sentimiento de nostalgia, había despertado con una lágrima derramándose sin permiso, mi vista estaba nublada, me sentía inquieta. Mire hacía mi costado izquierdo, la cama estaba arreglada y vacía. —“ya despertó”— pensé. Mire hacía el lado contrario notando la precencia de una persona que me observaba atenta.

—duermes demasiado —expreso el aprendiz de payaso.

—¡Popee! —recobre la conciencia levantándome estrepitosa.

—¿tenías una pesadilla? —me preguntó con curiosidad.

—no estoy muy segura, ¿por qué lo preguntas?

—es que te quejabas mucho y también —llevo su mano a mi rostro— estabas llorando —limpio mis escasas lágrimas.

—lo siento, ¿te desperté?.

—ya estaba despierto, acabo de regresar y te encontré así.

¿Regresar?, me preguntó a dónde habrá ido, ¿de dónde vendrá?.

—ya veo.

Aún seguía sintiéndome inquieta debido a aquel sueño extraño que había tenido hace unos momentos, pero aquellas emociones negativas se esfumaban de a poco al sentir la mano curiosamente fría de mi enamorado recorriendo mis mejillas.

—traje el desayuno —retiro su mano de mi rostro.

—¿desayuno?, ¿aquí? —cuestionaba sumamente confundida.

—si —respondió de mala gana tomando en mano la bandeja que colocó sobre su mesa de noche en la cuál tenía pan y dos tazas de té ofreciendome esto mismo— ahora come antes de que me arrepienta.

Mire aquel pan que tenía en manos al igual que el té caliente, aquel comportamiento era inusual en el, sin duda alguna estaba sucediendo algo pero no lograba descifrar de que se trataba.

—¿volviste a pelear con Papi? —trate de adivinar, el nego con la cabeza.

—ese sol se fue del circo a hacer unas compras, o eso fue lo que dijo —respondió.

¿Se había ido?, ¿de comprás?, eso no respondía mis dudas en absoluto. Tome alimento desayunando con la cabeza llena de mil pensamientos en los cuales me perdía por completo.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora