Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||

Soltar

Desperté más tranquila debido a que en está ocasión no había tenido una pesadilla, sin embargo tampoco había soñado absolutamente nada, fue como si simplemente hubiese parpadeado pues en un abrir y cerrar de ojos el día llegó.

Entre mis brazos se encontraba aquel aprendiz de payaso profundamente dormido, Parecía cómo niño pequeño, tan lindo y adorable que olvidabas por completo que era un psicópata. No pude resistirme, levanté su flequillo y le di un suave beso en su frente que le hizo despertar.

—¿qué haces? —decía soñoliento.

—lo lamento, te desperté —me disculpe al instante—, vuelve a dormir si te sientes cansado.

—no, ya lo arruinaste.

Se levantó de la cama haciéndome a un lado, fue por su ropa cambiándose sin importarle mi presencia en lo más mínimo.

—deja de mirarme, es incómodo, pervertida.

Me sonroje debido a aquel comentario.

—¡perdón!.

Aparte la mirada más roja que un tomate.

Al final termino sacándome de su habitación, no me quedo más remedio que regresar y cambiarme de ropa también. Usaría una de las prendas nuevas que ahora tenía.

De camino a la cocina me encontré con nada menos que mi suegro.

—buenos días T/N —me saludo vivaz.

—buenos días —le respondí de igual forma.

—¿esa ropa es nueva? —pregunto intrigado.

Mi mente cayó en cuenta, aquel hombre no sabía en que había digo gastado su dinero, era mi oportunidad para aclarar aquel mal entendido del día anterior.

—de eso quería hablarle precisamente —me atreví a contar los hechos—, lo que pasa es que Popee se molestó conmigo por romper su ropa y pues, dado que yo no tenía otra cosa que usar fue que el tuvo la idea de ir al pueblo a comprarme ropa nueva, con su dinero claro… —recalqué innecesariamente—, pero no lo hizo con malas intenciones, si no más bien todo lo contrario, lo hizo para ayudarme a mí, y yo de verdad lamento mucho las molestias, créame que si tuviese otra alternativa no le hubiéramos…

—esta más que claro —me interrumpió—, sabes que mi hijo no suele actuar así, bueno robarme si que lo haría, pero esto no fue para su beneficio personal, si no para alguien más y eso me alegra.

—entonces, ¿no está molesto? —cuestione con duda.

—para nada, no creo que haya perdido, más bien lo veo como una inversión.

—¿inversión?.

—el comprarte ropa significa que vas a quedarte mucho más tiempo, lo que a su vez significa que tú presencia mantendrá a raya a Popee haciendo que deje de ser tan narcisista y que dejé de destruir todo a su paso, es un ganar ganar para todos, ¡que espléndido!.

Dió ligeras palmadas en mi hombro para retirarse sin más, dejándome confundida al respecto.

Después del desayuno me di a la tarea de buscar al rubio, aún no había terminado de conversar con el, todavía teníamos un asunto pendiente.

—¡hey! —trate de llamar su atención, dando resultados.

—¿qué quieres?.

—solo quería saber cómo te encuentras, ¿tuviste otra pesadilla anoche?.

—después de…, bueno, de contartelo —pronunciaba avergonzado—, sorprendentemente me sentí mejor y pase mejor la noche.

—me alegro tanto, supuse que habías dormido mejor.