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Este capítulo fue brevemente editado el 25/11/2023. Sus cambios no influyen en el curso de la historia.

El infierno se abrió paso entre las esponjosas nubes. Este era un algodón de azúcar azul violáceo, que de poco a poco se convertía en un rosa muy pálido. Al final del espectáculo, el cielo se pintó de un tenue naranja, y en breve la cúpula celestial se bañó de ese azul brillante y despejado que cubre la ciudad todos los días.

Hyunjin miró por la ventana mientras su conductor y uno de sus subordinados iban en la parte delantera de su Escalade último modelo.

Tenían alrededor de 2 horas en la carretera. Pronto llegarían al puerto de Busan, donde un conglomerado de almacenes y fábricas —algunos pertenecientes al Blue hat— se alzaban de forma imperiosa.

El puerto de Busan es conocido por albergar a diferentes mafias nacionales e internacionales. Todos saben que es un lugar neutral, donde muchos tratos son cerrados, y donde muchas personas actúan como mediadoras entre dos familias para llegar a un acuerdo.

Busan es uno de los puertos más grandes de Seúl, y donde múltiples gánster reciben sus cargamentos que llegan en contenedores marítimos, gran parte de la mercancía que llega al puerto, es revendida en el mercado negro, o inclusive en la red profunda.

Las ventas van desde todo tipo de drogas, artículos de primera necesidad fabricados en países pobres con materia prima deficiente, armas y electrodomésticos falsos; hasta la trata de personas.

El mercado del Blue hat es sobre todo el de armas, y a escena entró un interesante vendedor. La familia estaba impresionada por el cargamento de alta calidad que un hijo menor llevó a la central. Al jefe Hwang le gustó lo que vio, así que solicitó que Hyunjin se dirigiera al puerto para revisar el primer cargamento...

—Habló Taeyang el joven Kim ha llegado. Solo faltamos nosotros.

—De acuerdo —contestó el próximo jefe de la organización mientras acariciaba el vaso de lo que había sido un café americano y escuchaba la opera No. 20 de Chopin. Al momento recordó algo, así que preguntó—. ¿Supieron algo más de Yongbok?

—Young Soo y su gente están afuera de casa de Minho. La camioneta del joven Lee se encuentra ahí desde ayer en la noche, ¿quiere que investiguemos?

Hyunjin lo pensó un poco. Sabía que Yongbok y Minho tenían que ponerse al día, después de todo, habían estado separados por mucho tiempo. Hyunjin subió la vista al retrovisor, donde unos ojos oscuros lo miraban de forma expectante, negó con la cabeza y solicitó que su otro empleado se quedara en el estacionamiento del lugar, y notificara cualquier movimiento extraño por parte del omega.

Su cabeza estaba inmersa en algo mayor, si las cosas salían bien, la familia tendría a su disposición armas de gran calibre, listas para revender inclusive al ejército. Si todo salía bien —como él lo esperaba— su padre se sentiría orgulloso de las capacidades de su hijo, y ¿Quién no quiere ser el orgullo de su padre? «Yongbok» pensó Hyunjin mientras sonreía maliciosamente.

En los más de 10 años que tenía de conocerlo, Félix siempre había sacado de quicio a Lee Baek. Sí, era delicioso como manjar de medianoche, pero siempre fue un hijo de puta. Su temperamento era el de un chiquillo amante de la vida que solo quería destruir y reconstruir las cosas a su manera.

Al contrario de Jeongin, el cual era un delicado omega que siempre estaba a disposición de sus mayores. Y no era que Innie fuera débil y por esa razón seguía los mandatos de la familia al pie de la letra; en más de una ocasión vio a su omega descargarse en rufianes y traidores, era un interesante espectáculo ver a su chico cubierto en sangre.

【Paraísos artificiales】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora