↫ 𝟱𝟎 ↬

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ɢᴀʀʙᴀɢᴇ - ᴏɴʟʏ ʜᴀᴘᴘʏ ᴡʜᴇɴ ɪᴛ ʀᴀɪɴ.

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Min●- - - - - - -●Max

Nunca le gustó el rock americano, era demasiado sucio y desmeritaba en gran medida a las bandas japonesas del nuevo siglo. Frunció los labios y siguió esperando, tenía hambre porque el maldito Seung no lo dejó comer en paz. Le repitió una y otra vez.... Tienes que hacerlo, debes hacerlo antes de que sea media noche. Y ahí estaba él, en sus diecisiete escuchando una canción en la radio titulada stupid girl ¿Qué clase de jodido grupo era ese? Estaba cansado y con hambre, y solo quería completar la orden encomendada.

Era joven y sus ojos oscuros y cabello negro peinando hacia atrás lo hacían lucir especial. Algo que ninguno de sus hermanos tenía, segunda familia en jerarquía y siempre en pro de la medicina. Ellos eran los curanderos de la organización, desde su abuelo hasta su padre y sus tíos de sangre directa, todos siendo malditos médicos.

A él le gustaban las drogas duras y ver discutir a Lee Baek con Seung. Consideraba que el primero era un cabrón hecho a la vieja escuela, un demente que no temía su complejo de haber nacido omega. El segundo era un payaso enamorado, que lo único que necesitaba para ser feliz era tener a su chico junto a él. Él no era nada. Se atascó en hierba mientras esperaba entrar en acción, su misión era robar el motín de los Raiven.

Kyu-bok siempre fue buen estratega, más que ser bueno en el campo medicinal, gustaba de planear emboscadas para sus enemigos. Había armado el plan en tan solo dos días, Seung se emocionó al borde de su asiento mientras Baek solo seguía jugando con sus fideos sin prestarles demasiada atención a ninguno de ellos. Ahora estaba ahí, escuchando la voz chillona de una chica y el sonido de guitarras chirriantes, quería acabar lo antes posible y regresar al dragón dorado, lugar donde la mayor parte de la organización saciaba su hambre y su sed.

Cuando uno espera algo el tiempo pasa relativamente más lento, su cigarro duró más de lo normal y la puta música en sus oídos empezó a hostigarlo:

-Don't believe in fear, don't believe in faith, don't believe in anything... That you can't break... stupid girl, stupid girl. All you had you wasted, all you had you wasted.

Él se estiró para apagar la radio cuando vio un auto negro detenerse frente una camioneta vieja. De dicha Van salió un chico pequeño de cabellos largos color marrón, el tipo era muy delgado y vestía como un maldito payaso, tenía una perforación en el labio y unos lentes de color chillón. Ladeó su rostro un poco tratando de reconocer al chico. Él, como estratega que era tenía conocimiento de toda la plantilla de los Raiven y este chico de tez nívea y aspecto enjuto no estaba en ella.

Una mano dentro del auto salió para ofrecerle al delgado chico un fardo bastante choncho de billetes. La vista excepcional del alfa se dilató cuando encontró su objetivo, se pegó un poco más al volante para observar... la chica de la radio ahora cantaba acerca de ser feliz solo bajo la lluvia, su voz pasó de ser aguda a volverse profunda en un santiamén, cosa que sorprendió al azabache, bajó la vista un segundo al estéreo y cuando regresó los ojos al frente vio como el auto siguió si camino. Él se estaba tardando una eternidad en reaccionar.

Estaba a punto de hacer su movida cuando vio como el pequeño de vestimenta ceñida y animal print se colocaba un casco, se metió dentro de un callejón y salió montando una motocicleta, el vehículo se dirigió hacia él a una velocidad excesiva y cuando estuvo frente a su auto sacó un arma y disparó al vidrió cerrado. La bala se alojó en el asiento del copiloto y todos los vidrios que explotaron fueron a parar a su rostro haciéndolo sangrar y cerrar sus ojos para protegerlos.

【Paraísos artificiales】Where stories live. Discover now