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Hyunjin abrió más los labios de Félix logrando así introducir la lengua en su boca. Ambas manos acunaron las mejillas del omega el cual trató de huir por un instante de su tacto impropio y cruel. Yongbok rehuyó de aquel beso por un tiempo, empujó con fuerza al más alto y golpeó su pecho con sus puños; sin embargo, el olor a cedro lo transportó a una época en su vida donde nada era complicado.

Apretó sus ojos un poco formando graciosas arrugas debajo de estos, Hyunjin lo devoraba como un agujero negro que absorbe la luz y todo lo que esté a su paso. Las feromonas viciaron tanto al omega que en algún punto se rompió y solo se dejó llevar, pasó de empujar al alfa a empuñar su mano sobre su camisa medio abierta.

Él también tenía puesta ropa de Hyunjin y las feromonas se elevaron como vapor caliente por toda la habitación, se impregnaban en su piel quemándolo de forma sublime. El omega berreó un poco a causa del espiral que se estaba formando en su vientre, la cicatriz en su abdomen dolía y punzaba, no le importó; llevó sus manos al rostro del alfa y lo besó desesperadamente.

El beso se tornó más profuso, la habitación se volcó en un hábitat donde dos criaturas macho y hembra se cortejan para aparearse. Era la primera vez en la vida de Félix en la cual podía sentir con un nítido fulgor las feromonas de otro alfa, esto se lo había proporcionado el haberse encontrado de frente con Kang Dae. Su cánido blanco salivaba por lo increíble que le era percibir y saborear las feromonas de Hyunjin de forma sexual.

Se mojó demasiado rápido y suspiró entre cortado y doloroso por lo que sintió en su bajo vientre. Sin mucho esfuerzo el alfa lo tomó de la cintura y lo empujó hasta el centro del colchón, siguió besando sus abultados belfos, después lamió sus lágrimas y devoró cualquier atisbo de inseguridad. Las pestañas de Félix cubiertas por una fina capa de agua salina mojaron la nívea piel contraria, su corazón cabalgó cual caballo indómito sintiendo un agujero en su pecho por la emoción de verse correspondido por el omega.

Se levantó y observó al chico tendido en su cama, ¡su puta cama que compartió decenas de veces con Jeongin!, tragó saliva y se sentó sobre sus pantorrillas, no dijo ni hizo nada por un tiempo, no obstante, llevó uno de sus dedos debajo de la playera del chico. El pecho de Félix subió y bajó estrepitosamente mientras todo su rostro brillaba a causa del agua salina que aún se desbordaba de sus fanales. Recorrió el abdomen del castaño con la yema de sus dedos... su mano tiritaba a cada centímetro al avanzar, su alma se inmoló cuando escuchó los pequeños jadeos por parte del castaño, se agachó y lamió su ombligo, también aquella cicatriz que ardía a cada lengüetazo.

Félix tenía el pensamiento nublado, su bestia errática y famélica deseaba alimentarse de las feromonas iracundas del lobo gris que tenía encima, la bestia alfa mordió el cuello del más pequeño ordenando así que se calmara. Sin embargo, esto no hizo más que descontrolar al pequeño lobo.

Hyunjin abrió los ojos y se vio así mismo mordiendo los labios carmesíes de Félix, su carne estalló y el sabor de la sangre entró en ambos cuerpos. La pequeña criatura se molestó y ocupó toda su fuerza para invertir los papeles, ahora él yacía sentado en el regazo del rubio; sus ojos se encontraron y era extraño por la ansiedad de pertenencia que crecía en ambos, pero también era en demasía triste, Félix estiró su mano y peinó la cabellera de Hyunjin hacia atrás, se acercó a oler sus hebras rubias y volvió a sentarse en su pelvis.

Debajo de él el miembro erecto de Hyunjin lo hizo sentir aún más caliente. Miró por mucho tiempo el lunar solitario, estiró de nuevo la mano y con la yema lo tocó, el alfa parecía un loco vagabundo a punto de morir.

—Princesa Mengze... —pronunció Félix.

El corazón del alfa giró en su propio sitió procurándole un dolor arrebatador. Se irguió un poco y llevó su mano a la cabeza contraria, juntó ambas frentes y dejó fluir con más ímpetu sus feromonas las cuales eran un terrible desastre de años acumulándose en su interior; Félix se excitó más y lo abrazó por el cuello para unir sus labios nuevamente.

【Paraísos artificiales】Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz