13 | A 193,680 kilómetros de la luna.

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HUNTER

¿Han sentido ese cosquilleo que te recorre por todo el cuerpo cuando vas a salir a una cita con alguien que no sabes ni lo que sientes? Aunque no podría llamarlo «cita» porque él tiene novia, y yo... yo no siento nada por él. Solo somos amigos y ahí debe de quedarse. Las palabras de Jason resuenan en mi mente pidiéndome que no me enamore de un tipo como él, así que parpadeo varias veces y continúo volteando mi guardarropa para encontrar el outfit perfecto. Aunque, si no es una cita, ¿para qué me esfuerzo demasiado para verme bien?

Porque antes todo hay que dar una buena imagen.

Mi teléfono vibra sobre el pequeño buró junto a mi cama donde lo tengo conectado al cargador para no quedarme sin batería a lo largo de la noche. Descalzo y desnudo, camino hacia él y lo tomo, encendiendo la pantalla para revisar la bandeja de notificaciones.

Un mensaje de Jason.

¿Qué haces?

¿Qué le diré? ¿La verdad? Nuevamente sus palabras resuenan en mi mente, y tras varios minutos sopesando qué responder, escribo:

Estoy ayudando a mi madre con unas cosas en el sótano, ¿por?

Me muerdo el labio inferior esperando que no note la mentira en mi mensaje, porque si algo tiene Jason es que es un genio para saber cuándo le estás mintiendo. O al menos que seas como yo, que, según Lex y Jason: "tu rostro es demasiado obvio".

Bloqueo el teléfono al ver que no ha leído mi mensaje, y continúo buscando un conjunto cómodo pero decente. La verdad es que no he hablado con Harry desde el día de la pizza fría, así que no tengo ni la menor idea de qué planes tiene para esta noche; pero, debido a que él fue quien dio la opción de vernos, no me molesté en ingeniar un plan B por si las cosas salían mal.

Solo iba a salir con él a base de fe, confianza...

... y polvos de hada, dice mi subconsciente.

Río.

—Fe, confianza... y la bendición del Altísimo. —Murmuro para mí mismo, mirando un pantalón de mezclilla claro con algunas partes rotas en el muslo derecho y en la rodilla izquierda.

Mi teléfono vuelve a sonar, pero no me molesto en ver quién es porque justo en ese momento encuentro una camiseta blanca con un pequeño dibujo de una rosa negra en la parte izquierda del pecho. Tomo unos calzoncillos y unas calcetas, camino hacia mi cama y comienzo a vestirme. Cuando termino, tomo una chaqueta de mezclilla que hace juego con el pantalón y unos Converse rojos. Me miro en el espejo y sonrío al ver lo bien que combina todo,

Con las manos, comienzo a peinarme el cabello y, cuando logro darle la forma y estilo que quiero, camino hacia el buró y tomo mi teléfono. Deslizo el dedo sobre la pantalla para desbloquearla y revisar el mensaje que había sonado minutos antes.

Frunzo el ceño al ver el nombre de Harry en mis mensajes de Messenger.

¿Por dónde vives? Para pasar por ti en el coche.

Qué atento, ¿no? Aunque me parece un poco exagerado que haga eso como si fuésemos algo serio cuando él, en primera, es hetero; y, en segunda, es hetero. H E T E R O.

H E T E R O.

En negritas para meterle más intensidad y forzar a mi mente a creérselo. Comienzo a teclear mi dirección y sonrío cuando las dos palomitas de "leído" aparecen en el borde del mensaje. Me relamo los labios, bloqueo el teléfono y me aliso la ropa mientras camino en dirección a la puerta de mi habitación.

Tan cerca de la luna [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora