¿Qué desvela nuestra firma y nuestra caligrafía de nuestra personalidad? Aquí averiguarás lo que supuso la existencia de celebridades, a través de sus autógrafos y escritos.
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De gran sentido artístico, Liz Taylor combinaba la parte laboral con todo lo que la belleza en sí le sugería que debía ser vivido (mayúsculas ornadas).
El haber estado desde siempre en el candelero de la grande y pequeña pantalla la animaba a buscar válvulas de escape diferentes para no dejarse caer en la angustia vital típica de las grandes divas.
Enlazaba graciosamente nombre con apellido, tratando de auto ensalzarse a sí misma por todo lo que tuvo que abandonar en su tiempo de infante. Algo se le quedó irremediablemente lleno de enormes huecos y es por ello que avanzaba su escritura hacia adelante, quizás queriendo encontrar aquello que se dejó por el camino.
Tendía a usar la escritura filiforme en el cuerpo central, tratando de pasar con rapidez ante aquellos escenarios de su propia experiencia personal que la trajeron recuerdos dolorosos. Los aspectos vibrantes de la firma indican que en el fondo era gran amante de las emociones fuertes.
