**Catalina II de Rusia**

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A pesar de que la Historia la recuerda por sus amoríos más que por sus méritos como emperatriz, hay que reconocer que se ganó a pulso el apodo la Grande

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A pesar de que la Historia la recuerda por sus amoríos más que por sus méritos como emperatriz, hay que reconocer que se ganó a pulso el apodo la Grande. 

Franca y directa, estaba ansiosa de expresar sus ideas y opiniones, y no le importaba oponerse al consenso y levantar un poco de controversia (pies demasiado engalanados frente a una caligrafía correcta).

Siendo de ascendencia alemana, necesitó personas fuera de su familia con las que relacionarse y a la cual pertenecer. Evitaba compromisos emocionales exigentes y pesados, y era cautelosa para establecer obligaciones personales (escribía pacientemente recreándose en la firma). Tuvo que tomar decisiones duras en las que demostró un tierno y compasivo corazón. La dureza y la aspereza la ofendían grandemente (redondez en el cuerpo central acompañada de una excelente claridad escritural).

Le gustaba mucho coquetear y disfrutaba de muchos amigos de ambos sexos (apreciado en los pies del autógrafo). El establecer un patrón o rutina era muy importante para su éxito porque una vez empezaba algo en una dirección, le era fácil seguirlo hasta acabarlo. Solía levantarse de madrugada a prepararse café y comenzar sus labores aún si la Corte dormía.

En el amor estaba más interesada en el sentido del humor y en la inteligencia que en el físico de las personas. Le gustaba como pareja alguien mentalmente activo y que le mantuviese adivinando un poco (zona inferior de la firma que juega ante nuestra vista).

Del 02 de mayo de 1729 al 17 de noviembre de 1796

Análisis grafológicos de personajes históricos (I)Where stories live. Discover now