Había visto parte de los jardines del palacio desde el balcón de mi habitación, sin embargo, recorrerlos era otra cosa, eran hermosos.
─¿Y bien? ¿De qué es lo que desea hablar con tanta urgencia, alteza?
─Por favor, llámame Carsten. ─Insistió con seriedad. Dudé un poco sobre ello y él lo percibió─. Al menos hazlo cuando estemos solos, Blair.
Ya había mencionado mi nombre con anterioridad, sin embargo, esta ocasión se sintió como si fuera la primera, fue suave y serio. Creo que me gustó la forma en que mi nombre salió de su boca.
Ay no, Blair, ¿Qué dices?
Me regañé.
─Está bien, continúa ─me atreví a hablarle de manera casual lo que atisbó una sonrisa pequeña en su boca.
─Supongo que ya ha conocido a las señoritas, ¿no?
─Así es, hoy mismo he tenido oportunidad de hablar con ellas ─Carsten dio un asentimiento. Los dos íbamos caminando por los extensos alrededores de los jardines.
─Bien, ¿qué me podría decir de ellas?
─Bueno, hasta ahora me parecen chicas interesantes. Creo que le haría bien conocerlas en persona.
─¿Podría definir interesantes?
Inquirió curioso y sentí una pizca de orgullo al ver que de pronto había repentino interés en él por conocer a las chicas que estaban aquí por él. A menudo, cuando alguien contrataba nuestros servicios, era común que nosotros tuviéramos tiempo a solas para conversar y compartir un par de consejos.
─Todas poseen pasatiempos demasiado... cautivadores.
Concluí. Creo que había utilizado la palabra correcta, entonces Carsten suspiró y detuvo su paso para mirarme.
─Déjame adivinar, ¿hay demasiado altruismo entre esas chicas?
No sé por qué percibí que eso no era de su agrado.
─¿Es ese un inconveniente para usted?
Porque si lo era, ya estábamos teniendo un problema.
─Escucha, sé que mi madre no me dejará salir sin una argolla de compromiso de esto, pero debo ser honesto cuando digo que no me importa saber sobre causas benéficas o qué tanto suelen apoyar a los demás en esta vida.
─¿Qué hay de malo con eso? ─Solté de inmediato. Carsten volvió a caminar, seguí a su lado hasta que llegamos a una banca y tomamos asiento.
─Eres mi casamentera, ¿no?
Asentí.
─Lo soy, si bien lo recuerdo.
─Entonces debes saber lo que quiero en una chica y lo que no.
Abrí mis labios para decir algo, en parte, Carsten estaba en lo cierto, yo debía conocer sus gustos mejor que nadie para poder ayudarle a conseguir una buena futura esposa, sin embargo, desde mi llegada me he esforzado en evadirlo.
─Tienes razón, sin embargo, no hemos tenido oportunidad de conversar sobre ello.
─Bueno, ahora es el momento.
─¿Estás seguro de ello? ¿No te quito mucho tiempo?
─Blair, tengo tiempo de sobra para tratar estos deberes.
─Bueno, no sabía de ello. ─Alcé las manos a modo de defensa, desconocía el itinerario del príncipe por lo que no sabía si tenía tiempo o no─. Entonces, ¿hay algo en especifico que debería saber sobre ti? ¿alguna preferencia sobre las chicas? ¿algo que quieras que tengamos en cuenta o no?
CZYTASZ
Si la corona te queda
RomansEl es el futuro rey y está buscando una reina. Ella es contratada para encontrarle al príncipe una futura esposa. Cuando Blair es contratada para encontrar al príncipe una futura esposa antes de su coronación. Ella está dispuesta a ayudar al príncip...