Capítulo 16

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Al día siguiente, no vi a Carsten durante todo el día, supe por Louisa que estaría fuera en una reunión importante, al parecer, solo se encontraban las reinas en el palacio mientras que los reyes y el príncipe tenían asuntos reales qué tratar, aproveché mi tiempo para ir a buscar a las chicas, quienes parecían entusiasmadas por la idea del cumpleaños de la duquesa Kennedy.

Luego de pasar un tiempo con ellas, estuve dispuesta a volver a mi habitación, sin embargo, me encontré con la reina Amelia en uno de los pasillos.

─Señorita Peterson...

─Majestad.

Saludé con una reverencia.

─Me alegro de encontrarme contigo por aquí.

─¿Ah sí?

Pregunté y asintió.

─Justo quería hablar contigo, si soy honesta.

No había nadie más en el pasillo, pero sentí la necesidad de voltear a mis alrededores y comprobarlo.

─¿Pasa algo malo? ¿necesita mi ayuda?

La sonrisa de la reina se ensanchó.

─Oh cariño, no es nada de eso, en realidad, quería pedirte un pequeño favor ─la reina se posó a mi lado y entrelazó su brazo con el mío para caminar entre los pasillos mientras nos dirigíamos a su habitación─. Verás, la duquesa Kennedy es una chica bastante agradable y muy hermosa, no digo esto solo porque sea mi nieta, pero es realmente hermosa y... ─soltó un suspiro cuando dimos vuelta en uno de los pasillos─. Pronto se comprometerá con un duque por lo que me preguntaba si podrías brindarles tus servicios como casamentera, ¿qué dices?

¿Qué decía? Era un halago que la misma reina me lo pidiera en persona.

─Me encantaría ─dije con sinceridad─. Seguro podría hablarlo con mi jefa y así nos pondríamos de acuerdo con mi jefa y...

─Oh no querida ─me interrumpió─. Esto es una petición especial y es para ti.

Me sentí nerviosa cuando lo dijo.

─¿Está segura de eso?

Tuve que preguntarle porque no podía creer lo que me estaba pidiendo.

─Muy segura.

─Pero...

─Tengo una corazonada de que eres especial en tu trabajo ─habló con seriedad, me tensé un poco al oír sus palabras pero no dije nada, me quedé callada esperando a que volviera a hablar─. No tengo más qué explicar.

─Pero ni siquiera he conseguido una esposa para el príncipe.

─Y no te culpo si no lo haces, soy consciente que mi nieto puede ser un dolor en el trasero a veces.

Intenté no reírme de la forma en que se expresaba de Carsten, ¿sabrá que su abuela piensa eso de él?

─Oh estoy segura que lo es.

Decidí agregar, mi comentario la animó para que hablara sobre Carsten un poco más y lo locos que solía volver a todos en el palacio cuando era niño por sus ideas, fue agradable escuchar esas historias.

─Entonces, ¿quiere que sea la casamentera de la duquesa Kennedy? ─Pregunté solo para confirmar sus palabras cuando nos detuvimos frente a la puerta de mi habitación.

─Sí ─respondió la reina─. Verás, en realidad solo necesito que te asegures de que, ya sabes, el matrimonio sea el correcto.

─Bueno, eso un poco complicado.

Si la corona te quedaWhere stories live. Discover now