Capítulo 28

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Connan vino a buscarme por la mañana siguiente para decirme que el príncipe estaría fuera del palacio todo el día atendiendo asuntos reales que no le sería posible convivir con alguna de las duquesas, aunque entendía que como miembro de la realeza tenía tareas importantes, sentí que era una excusa para no tener que salir con ninguna de ellas.

Observé el papeleo en mi escritorio por tercera vez, ¿cómo se suponía que iba a decirle a mi jefa que una de las duquesas se había ido como si nada de nuevo? Eso solo le dejaría en claro que no sabía hacer mi trabajo.

─Hola Blair, ¿necesitabas algo? ─Habló Louisa cuando entró a la habitación, me levanté de mi lugar para acercarme a ella.

─¿Crees poder prepararme un té o algo relajante? En menos de una hora tendré una reunión con mi jefa y sinceramente estoy hecha un lío de nervios.

Confesé.

─Oh tranquila, estoy segura de que lo harás bien, créeme cuando te digo que todos aquí tenemos fe en ti. ─Dijo con una sonrisa en los labios, era lindo que me diera palabras de aliento en momentos como este─. Te traeré el té enseguida.

Louisa salió de la habitación y diez minutos después regresó con el té, yo ya estaba frente a mi computador esperando a que la videollamada comenzara, tenía los nervios de punta porque no tenía la menor idea de cómo Miriam iba a tomarlo, la última vez en la que ella considero que había hecho mal mi trabajo estuvo a punto de despedirme, de hecho, no sé como decidió darme una segunda oportunidad con este puesto como casamentera real.

─¿Quieres que me quede? ─Preguntó Louisa amablemente, lo pensé por casi un minuto. Me vendría bien algo de aliento sinceramente, aunque lo mejor era que Miriam no viera a Louisa cerca.

Le pedí que se quedara y que mientras tanto, podía descansar en la cama si lo deseaba, ella me miró con asombro e incredulidad cuando se lo dije pero la habitación me parecía estar más que impecable y pensé que era innecesario que ella se quedara aquí y comenzara a limpiar como siempre ─a veces me daba la impresión de que solo limpiaba por limpiar─, así que después de tener una pequeña discusión al respecto cuando ella insistió en que encontraría algo que hacer en mi habitación, terminó accediendo a ver televisión un rato.

─¿Estás segura que no te molestara para tu llamada?

─Para nada, apenas y se escucha el televisor ─dije porque le habíamos bajado el volumen a uno moderado─. No se dará cuenta de que tengo compañía.

Louisa lucía nerviosa de perjudicarme con su compañía, pero le aseguré que todo estaba bien y que debía relajarse.

Tomé una profunda respiración, me alisé el cabello con las manos y exhalé antes de encender la cámara.

─Hola Blair ─dijo Miriam con su tono de voz serio, llevaba su cabello castaño recogido en un perfecto chongo, algo habitual en ella, su delineado era grueso, lo podía ver entre esas pestañas falsas que siempre usaba y su labial rojo la hacia lucir imponente como siempre. Era una mujer de carácter─. ¿Tienes novedades?

¿Qué si tenía novedades? Muchas, tenía más de las que ella podía imaginarse. Me mordí la lengua insegura por dónde empezar.

Estaba casi segura de que saldría regañada de esta videollamada.

─Bueno ─alargué la palabra mientras buscaba como iniciar─. Han pasado cosas muy interesantes.

Me limité a decirle y sus cejas se alzaron formando un arco puntiagudo.

─¿Cómo cuáles?

Cuestionó de inmediato. Solté un suspiro.

─Primero, ya hemos descartado a dos duquesas lo que quiere decir que solo nos quedan tres, ¿puedes creerlo? ─Puse una sonrisa falsa en mi boca, no me importó ensancharla demasiado para que creyera que era una buena noticia─. Al ritmo en que vamos el príncipe podría estar casándose al siguiente mes.

Si la corona te quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora