Capítulo 8

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El príncipe y yo recorrimos los jardines en silencio, la velada era agradable, la luz de la luna iluminaba los alrededores de los jardines y el aroma a césped recién podado relajaba un poco, hasta sentía el impulso de quitarme mis zapatos y sentir el suelo con mis pies descalzos.

Cuando nos detuvimos, más allá de los jardines y el palacio se podía apreciar a lo lejos, lo admiré.

─Dios, es realmente hermoso ─comenté. Creo que había cientos de luces al exterior del palacio que lo iluminaban de una manera que lo hacía ver precioso, no conté las ventanas que se apreciaban desde donde estaba, pero debían ser más de cien.

─Si que lo es ─sentí la mirada del príncipe puesta en mí, pero cuando volteé a verlo, él contemplaba el palacio como yo. Tenía un lindo perfil─. ¿Has estado en un palacio antes?

Negué.

─¿Y qué me dices de Liechtenstein? ¿Has estado aquí antes?

Volví a negar.

─Es la primera vez que estoy en algún país de Europa.

Confesé mirándolo, la pequeña sonrisa que me ofreció fue dulce.

─Bueno, me alegro de que tu primera visita sea aquí en Liechtenstein, no es porque yo sea el futuro rey de este país, pero sin duda es hermoso.

No había tenido el placer de recorrer el país aún, pero estaba en mis planes cuando tuviera un día libre, pero había visto un sinfín de fotografías en internet y estaba segura que las fotografías no se comparaban con lo hermoso que era el país.

─También yo.

Me limité a decir y de nuevo se produjo un silencio entre los dos hasta que suspiró.

─¿Puedo preguntarte algo?

Inquirió llamando mi atención.

─Adelante.

Me llevé el cabello detrás de las orejas para prestarle mejor atención.

La boca del príncipe se abrió, pero de él no salió ninguna palabra, más bien su ceño se frunció cuando comenzamos a escuchar voces y me tomó por el codo para obligarme a irme de allí junto a él. En realidad, estábamos lejos del palacio y nuestro único escondite fueron los arbustos perfectamente podados que adornaban los jardines del palacio.

¿A quién se le ocurría dar un paseo en la madrugada por los alrededores? Me quejé, pero aquello fue tonto teniendo en cuenta que yo estaba haciendo lo mismo.

─¿Crees que será conveniente decirle?

La voz era proveniente de una chica, se escuchaba jovial. Carsten y yo compartimos una mirada.

─Lo sé, lo sé, pero es importante. Debería decírselo en algún momento, ¿no? ─continuó hablando. Desde donde estábamos, era imposible ver a la persona que estaba hablando, pero sin duda era una conversación por teléfono─. No, aún no he tenido el gusto de hablar con él, ¿tu crees? No lo sé, no me parece que sea...

Intenté salir del escondite para ver quien era la chica que hablaba por teléfono, sin embargo, el príncipe tiró de mi para evitar que saliera y me dio una mirada severa, le hice mala cara que le obligó hacerme lo mismo, le señalé hacia donde la chica continuaba hablando, me daba la impresión de que estaba parada justo frente a nosotros y lo único que nos dividía eran los arbustos.

─¡No me sujetes tan fuerte! ─Me quejé porque aún no soltaba su agarre de mi brazo.

─¡Pues no intentes salir! ─Se quejó. Aunque discutíamos, hablábamos en un tono bajo que solo los dos podíamos escuchar. De nuevo le hice mala cara, el príncipe también.

Si la corona te quedaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon