Llamé a la puerta de la habitación del príncipe con fuerza, estuve golpeando una y otra vez hasta que se dignó en abrir.
─¡¿Es en serio?! ¡¿En qué diablos estabas pensando?! ─Solté mientras entraba en la habitación sin una invitación de su parte, decir que estaba furiosa era poco, Carsten había cometido una locura y no solo eso, se había echado de enemigo probablemente a un país entero─. ¡¿Qué es lo que pasa por tu cabeza?! ¡Estás loco!
Detuve mi paso y me giré a verlo, Carsten me miraba divertido, su mirada era desafiante.
─Veo que ya te has enterado.
─¡Sí! ¡Me enteré! ─Exclamé apretando los dientes─. ¡Eres un imbécil!
Carsten arqueó las cejas con asombro y después posó las manos sobre sus caderas, negando.
─¿A eso has venido? ¿A insultarme?
Apreté los labios, podía soltarle un montón de insultos en ese mismo instante, estaba de verdad molesta.
¿Cómo se le había ocurrido decirle a la duquesa que su país podría ponerse en contra de Dinamarca y quién sabe qué otras cosas más?
─Eres un idiota, Carsten. De verdad que lo eres.
Lo acusé con el dedo índice y continúe moviéndome de un lado a otro. Lo escuché bufar y vi justo cuando rodó los ojos con enfado.
─No fue para tanto.
─¿No fue para tanto? ¡La duquesa se fue! ─Exclamé con enfado─. ¡Y no solo eso! ¡Se fue más que molesta! ¡Se fu insultando a todos!
Carsten negó un poco molesto, estaba por decir algo, pero alcé la mano para impedírselo.
─No quiero excusas absurdas. ─Negué una y otra vez─. ¿No tienes idea de qué es lo que acabas de hacer?
─Sí la tengo.
─¿Ah sí? ─Me crucé de brazos esperando a que diera su respuesta. Carsten bufó.
─No teníamos química.
─¿Y por eso tenías que hacer que se fuera odiando tu país?
─Por favor, no me culpes de todo a mí, ella también hizo su parte ─se defendió molesto, esperé a que continuara explicándose porque necesitaba saber bien las razones por las que había hecho que la duquesa se fuera de esa forma tan drástica─. Solo tuvimos una conversación casual y las cosas se descontrolaron solo un poco.
─¿Solo un poco?
Enarqué las cejas y Carsten ladeó la cabeza.
─Bueno, se descontrolaron más de lo que esperaba para ser honestos.
Me cubrí el rostro con las manos.
─Dios, creo que esto ha sido una pésima idea...
─¿Y hasta ahorita te das cuenta? ─Inquirió con las cejas arqueadas y lo fulminé con la mirada. No me estaba dejando las cosas fáciles, las estaba complicando más de lo que ya parecían estar, Carsten vio el estrés en mi rostro y apretó los labios en una mueca─. Lo siento, tal vez me pasé un poco, lo admito, pero no fui el único que dijo cosas.
─¿Te importa explicarte? ─Pregunté y observé la habitación en busca de algo donde sentarme, me senté en la esquina de la cama y Carsten se quedó parado.
─Bien, todo parecía normal hasta que los dos comenzamos a hablar de política ─se encogió de hombros─. Ya sabes lo que dicen, la política y la religión son temas casi prohibidos entre las personas, nunca se llega a un acuerdo.
ESTÁS LEYENDO
Si la corona te queda
RomanceEl es el futuro rey y está buscando una reina. Ella es contratada para encontrarle al príncipe una futura esposa. Cuando Blair es contratada para encontrar al príncipe una futura esposa antes de su coronación. Ella está dispuesta a ayudar al príncip...