Capítulo 23

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─¿Qué pasa? ¿Hay algo...? ─Carsten intentó acercarse más a la puerta pero lo tomé de la mano antes de que pudiera entrar.

─Deberíamos de irnos de aquí.

─No, ¿qué pasa? ¿Qué fue lo que viste?

─Nada. Hay que irnos.

─Blair.

─Lo digo en serio.

─Pues no te creo ─oprimí una mueca─. ¿Qué ha sucedido?

─Nada.

─Si no me lo dices, entraré.

─Juro que no hay nada, ¿por qué debería haber algo allí? Es solo que el palacio es muy grande y yo de repente como que me pierdo y... ─comencé a mover las manos en el aire─. Es difícil, con tantas puertas aquí y la mayoría cerradas como que me empiezo a también estresar, ¿no crees que hace calor? Deberíamos de ir afuera, ¿qué dices de aire fresco? ¡No! ¡Carsten! ¡Espera! ─Había estado hablando tan rápido y con tal nerviosismo que no me di cuenta que Carsten se había apartado un poco de mí para abrir la puerta pero estaba lo suficiente cerca de él como para tirar de su brazo y evitar que abriera la puerta.

─Blair, suéltame, no debe...

Estaba enfadado por mi forma mentirosa de decirle que no entrara allí y pensé que, si dejaba que abriera la puerta, no solo la duquesa estaría en serios problemas así que me las ingenié e hice lo que dije que no volvería a hacer ─al menos creo que lo pensé en algún momento, ya no lo recordaba─, me pegué demasiado a Carsten como para envolver mis manos por su cuello y besarlo, fue un beso torpe y tosco ya que era demasiado espontaneo y fuera de lugar.

Al separarme de él, los ojos azules de Carsten se perdieron en los míos, su boca se abrió para decirme algo por aquel repentino beso, sin embargo, las risas que se escucharon en el pasillo nos pusieron alerta a ambos y Carsten tomó control de la situación, tomó mi mano y abrió la puerta de la habitación donde yo había visto a la duquesa momentos atrás y aunque quise protestar para no escondernos allí, no me dio oportunidad porque me empujó hacia adentro.

Observé nuestro alrededor para ver si había rastro de la duquesa, pero parecía que solo estábamos Carsten y yo en la habitación, lo que me hizo relajarme un poco.

─Probablemente estén buscándote ─hablé para no dejar que el silencio se apoderara de nosotros.

─Es probable.

Dijo acercándose a mí de una manera sigilosa, me sentí como una presa pequeña sobre todo cuando Carsten me miró de arriba abajo.

─¿No piensas salir? ─Pregunté y tragué con fuerza.

─No aún.

Se acercó más a mí.

─¿Por qué no?

Pregunté y de nuevo dio un paso hacia mí.

Me tensé.

─Porque no me iré de aquí hasta que hablemos.

─¿Qué?

Intenté apartarme de él, pero Carsten se acercó más a mí.

─Me escuchaste. ─Agregó con voz seria─. ¿Qué fue ese beso, Blair?

Contuve la respiración porque no esperaba eso, no esperaba que quisiera hablar sobre el beso.

─Fue un accidente.

Me excusé, Carsten suspiró.

─No me pareció un accidente.

─Pues lo fue. ─Insistí y cuando no dijo nada por unos segundos, decidí hablar de nuevo─. Mira, soy consciente de que no ha sido la primera vez que tu y yo... nos besamos ─no sé por qué me costó mucho decirlo, pero tenía que ser clara y poner las cosas en su lugar, no todo el tiempo podemos estar huyendo de nuestros problemas─. Sabes que no está bien y no debe suceder.

Si la corona te quedaWhere stories live. Discover now