Capítulo 33

7.3K 697 206
                                    

Me costaba creer las palabras de Carsten, aun así, me aferré a ellas porque mi corazón sintió una punzada de emoción en su interior. Debería ser incorrecto lo que de pronto estaba sintiendo, pero era imposible ignorarlo y no podía hacer tonto a mi corazón, me gustaba Carsten y me sentía atraída por él por mucho a que quería negarlo.

—¿Carsten? —Conseguí hablarle de nuevo luego de unos minutos en los que estaba segura que no diría nada después de escuchar su confesión.

—¿Si?

Sonó curioso.

—¿Qué si yo también siento lo mismo?

Hubo un rotundo silencio, me mordí el labio inferior con gran fuerza en la espera de una respuesta, Carsten solo soltó un suspiro pesado. Curiosa, me removí en la cama y rodé hacia la esquina de ella cerca de él para asomarme a verlo.

Estaba acostado no a arriba con sus manos dobladas detrás de su cabeza y contemplaba el techo con una mirada pesada. Tal vez también le pasaba por la cabeza lo mismo que a mí, que por mucho que los dos tengamos sentimientos el uno por el otro no es correcto.

Su mirada se encontró con la mía, pero no hubo ninguna otra expresión y luego de un tiempo, decidí volver a reincorporarme en la cama nuevamente.

Me quedé contemplando el techo por unos largos segundos hasta que salí de la cama para ir directo al baño y echarme un poco de agua, necesitaba despejar la mente y olvidar lo que acabábamos de decirnos, era lo mejor.

Contemplé mi reflejo por un tiempo y luego me eché agua un par de veces, tal vez no era una buena idea porque solo iba a conseguir espantar mi sueño por completo.

Cuando por fin consideré que era tiempo de volver a la cama, juro que puse todo mi empeño por salir del baño porque me pasó por la cabeza que quizás debería dormir allí. Las luces se encontraban encendidas y Carsten estaba parado con la mirada fija en la puerta de baño.

─Hola ─fue lo único que salió de mi boca porque no sabía que otra cosa debería decirle─. ¿No puedes dormir?

Me las ingenié para preguntar tiempo después.

─No ─dijo aproximadamente un minuto después que se sintió eterno, di un leve asentimiento. Yo estaba en la misma situación que él─. No es tan fácil como me gustaría.

Sentí que había más en esas palabras.

─Tampoco lo es para mí.

Me atreví a decirle. Apreté los labios con fuerza para no decir ni una sola palabra, lo que estaba sintiendo no era justo de cierto modo.

¿Por qué el corazón siempre se sentía atraído por lo prohibido?

Vi que tragó con fuerza, me quedé sosteniéndole la mirada.

─¿Qué pasa por tu mente ahora mismo?

Sabía que esa pregunta era peligrosa, pero salió de mi boca como si nada, deseaba hacerla de cierto modo.

El príncipe dio un paso al frente, sus ojos se oscurecieron un poco.

─No sé si debería decirlo ─apretó los labios en una fina línea, quizás le sucedía lo mismo que a mí, por un instante se sentía valiente de decir lo que pasaba por su mente exactamente y por otro era consciente de que lo mejor para ambos era reservar nuestros pensamientos para nosotros mismos.

Hubo un extenso silencio entre los dos, solo continuábamos mirándonos a los ojos, su mirada no era intimidante, más bien era complicada, caótica.

─Quizás debería dormirme ─por fin solté y me apresuré a pasar a su lado para subir a la cama y recostarme en ella de nuevo pero antes de que pudiera llegar, Carsten me tomó por el codo y lo impidió.

Si la corona te quedaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum