Capítulo 46

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No tuve oportunidad de ver a Carsten al día siguiente, Connan vino a buscarme para informarme que el príncipe había salido por asuntos reales, no le dije nada cuando lo vi, pero sentí curiosidad por preguntar sobre aquella doncella de la que Carsten me había hablado, seguro que él la conocía y tal vez Louisa también.

─Señorita Peterson ─habló Hellen cuando llamé a la puerta de su habitación, había pensado en rechazar su petición pero eso solo podía ocasionar un problema─. Adelante, pasa.

Dijo con seriedad y amabilidad a la vez, tomé un poco de aire antes de adentrarme en la habitación.

─Quería verme, su excelencia ─está vez me había asegurado de no olvidarme bien del título que poseía.

─Así es, me temo que debemos platicar.

─¿Sobre qué?

─Eso seguramente ya lo sabes ─sonrío con maldad y ventaja─. ¿Acaso crees que te he llamado por algún asunto personal?

Uno nunca podría saber, pensé. Pero omití mis pensamientos, no dije nada al respecto.

─¿Qué es lo que necesita, su excelencia? ─De alguna forma, odiaba dirigirme a ella por su título, lo encontraba ridículo.

─Carsten ─soltó por fin─. ¿Has sabido algo sobre él?

─¿Sobre qué en específico? ─fruncí el entrecejo sin entender qué quería preguntar con exactitud.

─He escuchado rumores sobre él en la corte real ─habló, hice mi mayor esfuerzo por ocultar mi asombro. Al parecer, los rumores viajaban muy rápido.

─¿Cómo sabes de los rumores? ─mi pregunta la hizo sonreír de oreja a oreja.

─Así que tu también los has escuchado, ¿no? ─se acomodó mejor el cabello detrás de las orejas─. Tengo un par de conocidos en las cortes, no debería sorprenderte que los rumores viajen tan rápido, así es esto en la realeza.

─Ya lo veo.

─¿Y bien? ¿no te ha dicho nada sobre ello?

─Disculpe su excelencia, pero el príncipe y yo no hablamos sobre esos temas ─mentí lo mejor que pude, la mirada analizadora de Hellen me hizo tensarme, no quería revelarle nada de lo que Carsten y yo habíamos hablado, él había confiado en mí, hablar con ello con Hellen o cualquier otra persona era como traicionarlo.

─¿Estás segura?

─¿Por qué no debería de estarlo? ─me crucé de brazos.

─No lo sé, ustedes parecen... cercanos ─decidió decir e hice mi esfuerzo por no incomodarme con ello pero que lo mencionara, me disgustaba.

─Me temo que no tenemos buena relación ─me vi diciendo y me encogí de hombros─. Ya sabes, desde aquel incidente.

Me referí al problema que las dos tuvimos y donde Carsten tuvo que venir a consolarla, en parte, no estaba mintiendo sobre ello, las cosas entre los dos se sentían un poco distantes desde aquella vez.

─Bien ─dijo con una media sonrisa en la boca─. Es mejor que las cosas sean así entre ustedes, sería una pena que las fotografías se revelaran, ¿no?

La mención de ello tensó todo mi cuerpo, ¿cómo podía ser tan cruel? Podía ver que ella disfrutaba de tener el poder.

Abrí la boca para hablar, pero la terminé cerrando sin saber qué decir exactamente.

─¿Piensas usarlas?

Me atreví a preguntarle, sus cejas se alzaron.

─No lo sé ─se encogió de hombros para restarle importancia─. No me son útiles por el momento.

Si la corona te quedaWhere stories live. Discover now