Capítulo 41

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No tuve ganas de hablar con mis abuelas y amigos después de hablar con Miriam, me dediqué a leer los correos que me había enviado y tuve que hacer una nueva investigación sobre el resto de las duquesas que quedaban para que ella me mandara una hora después un itinerario elaborado por ella donde le organizaba un par de salidas al príncipe con las tres duquesas.

Miriam era una excelente casamentera, la mayoría de las persona que contrataban sus servicios solían estar contentos con los resultados, cuando recién había comenzado a trabajar para ella, solía hacerme los itinerarios con las ideas de qué podían hacer las parejas, como hacerlos que socializaran más entre otras cosas que aprendí, debo decir que cuando ella decidía poner sus manos a la obra, los resultados eran sorprendentes, yo la admiraba de cierto modo y esperaba ser tan buena como ella en un futuro.

No tenía ganas de ver al príncipe así que me limité a leer el itinerario que mi jefa había organizado y llamé a Connan para que me diera un itinerario de Carsten por el resto de la semana para poder ajustar los planes a sus horas. Como tampoco tenía ganas de ver a los reyes, les envíe el informe de mi jefa por medio de Connan y de inmediato tuve una respuesta de la reina, quien estaba de acuerdo con todo lo organizado, yo por otro lado, no me sentía muy segura de mi trabajo.

Al día siguiente, Connan vino a buscarme para hacerme saber que Thea y Carsten estarían todo el día fuera por órdenes de la reina, primero, asistirían a un evento social en el que solo estarían ciertos invitados ─incluyendo a los reyes─, pero después de ese evento, Carsten y la duquesa asistirían a una carrera de caballos donde se esperaba que yo los acompañara como su casamentera real.

Nunca había estado en una carrera de caballos, desconocía todo sobre ellos y no estaba segura de cuál era la vestimenta correcta, sin embargo, después de hablarlo con Louisa, ella insistió en que usara un vestido casual de día para asistir al evento, asegurándome de que la mayoría de las mujeres lucirían casual, sofisticadas y radiantes a la vez, sin duda hacia un gran esfuerzo para que yo estuviera a la par con todas las personas presentes.

─Alteza ─habló Thea llamando la atención del príncipe y mía.

─¿Sí? ─Respondió él dándole toda su atención.

─¿Tiene algún caballo al que apuesta? ─Preguntó casualmente y el entrecejo del príncipe se arrugó.

─Es una buena pregunta ─respondió segundos después─. Me parece que el caballo aquel ─señaló a un caballo de color marrón con una hermosa cabellera negra─. Tiene cómo ganar.

─¿Por qué lo cree? ─Le preguntó Thea de pronto interessada.

Carsten se encogió de hombros.

─Simplemente lo creo ─su respuesta me hizo reírme y eso llamó su atención─. ¿Hay algún problema señorita Peterson?

Su tono de voz era serio y para nada casual a diferencia de las otras veces en las que se había dirigido hacia mí, no había familiaridad en su voz, era más bien frío, distante desde cierto punto, remarcando el hecho de que era su empleada y no una amiga. Aunque dudaba de que me viera como su amiga.

─Para nada, alteza ─dije negando. Me tuve que morder la lengua para contener mis palabras, pero no resistí mucho y terminé hablando como de costumbre─. Es solo que opino lo contrario. Sobre el caballo, claro.

Me apresuré a aclararle porque desde mi punto de vista, el caballo que Carsten había escogido, iba muy lento y me daba la impresión de que no llegaría primero a la meta.

─¿Ah sí? ─Preguntó arqueando sus cejas en mi dirección. Diversión cruzaba por su rostro.

Me encogí de hombros para restarle importancia porque yo sabía en el fondo que no tenía ningún conocimiento sobre carreras de caballo a diferencia de la duquesa, quien nos había dejado en claro ─o más bien a Carsten─, sobre su conocimiento en este tipo de juegos ya que solía asistir de vez en cuando.

Si la corona te quedaWhere stories live. Discover now