18: Manos a la obra

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Holaa almitaas!!! 

Como ya dije el miércoles, hoy hay capítulo doble. EL siguiente lo tendréis disponible a las 14, espero que os guste, porque estamos en lo más interesante! 

¡Esto empieza a ponerse interesante! 💖💖

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Estamos a unos cuatro asientos de separación, pero justo en el de el medio está ella. Va con los cascos puestos, y hoy lleva un pantalón de rayas blancas y negras y una blusa blanca que se transparenta ligeramente. El pelo lo llevo semi recogido con pequeñas horquillas.

Me siento sin moverme un solo centímetro y vigilo los pasos de Clara. Desde este lugar puedo ver cómo se acerca con torpeza, chocando los pies a cada paso que da, y las piernas se le tambalean con ligereza.

Le dedico una sonrisa para darle seguridad y su rostro se suaviza un poco. Seguidamente se acerca aún más decidida, una vez hemos comprobado que aquí no se puede bajar.

Lo hemos ideado de tal manera que cuando Clara se siente al lado de su hermana no pueda huir como las anteriores veces. Ya que esta parada es la más larga, y todos los días se para unos pocos minutos antes de reanudar la marcha. Clara tendrá unos cuantos minutos para actuar antes de que ella se pueda ir.

Cuando se sienta a su lado veo a la chica pegar un pequeño bote e intenta echarse a un lado para evitar ser tocada. Pero no puede, ya que está en la ventana y no se puede alejar más. Cuando se da cuenta hace el amago de levantarse para irse, pero la mano de Clara la para, sin dejar que se estire del todo.

Las dos se miran con inquietud, pero la chica morena no mantiene esa postura y agacha el mentón con rapidez.

Veo cómo sus labios se mueven, pero la que más parece que está hablando es Clara, que deja de ser tan fuerte como lo estaba siendo y acaba dejando que las gotas salgan de sus ojos. Y es que hay momentos en la vida con los que ni Hulk podría, porque ni el ser más fuerte del mundo es capaz de vencer a sus sentimientos.


EN LA ACTUALIDAD

No quise preguntarle de qué habían hablado, Luna se fue tras eso, y Clara me ha asegurado que es su hermana. Ya no hay duda de que está viva, y mucho menos de que sea ella.

A decir verdad, prefería a la otra Luna, la que iba completamente desarreglada, con su moño, sudadera y mayas. Su actitud la hacía única, porque llevaba esa ropa con una hermosa sonrisa cálida, y sus ojos te traspasaban, hipnotizandote. Con esta ropa no es ella, no es su esencia.

—¿La estás siguiendo? —la voz de Esperanza me saca de mis pensamientos, y sin apartar la vista de mi objetivo, asiento—, vaya, pensé que por lo menos te negarías. Es peligroso esto que quieres hacer.

Luna se levanta del asiento y tras observar todo el vagón sale del tren. Corro hacia la otra puerta para bajarme donde ella lo ha hecho y me escondo de nuevo para que no me vea.

Salimos de la estación y andamos por casi media hora hasta que estamos lejos de la "civilización" y llegamos a un pequeño bosque. Miro a mi alrededor y empiezo a arrepentirme de haberme metido en este berenjenal tan gordo en el que estoy. Hemos llegado a un sitio en el que no hay gente, no hay ningún coche moviéndose, ni vías de tren. Nada.

Las piernas me empiezan a temblar y les doy un golpe para que se despierten y no me fallen en este momento. Como me caiga o haga un solo ruido, Luna se dará cuenta de que no va sola. Y eso no saldría nada bien.

Hemos seguido andando por unos cuantos minutos más, y por fin parece que se puede ver algo a lo lejos, parece como una pequeña casa. Y al volver a observar todo lo que me rodea un escalofrío recorre mi cuerpo de pies a cabeza, esto se parece mucho al sueño que tuve la otra noche.

Cuando me estoy replanteando dónde me meteré ahora para no ser descubierto noto que algo cae en mi cabeza, y lo último que veo es a Luna a lo lejos entrando en la casa. 

Luna en el infierno (Completa)Where stories live. Discover now