31: Interrogatorio

13 7 13
                                    


Me levanto rápidamente y se lo arrebato de las manos ante su sorpresa.

—Mamá —intento hablar con tranquilidad—, yo ya he hablado con ellos, me han interrogado, ¿recuerdas?

Lleva su mirada hacia la esquina superior derecha y después asiente con una medio sonrisa.

Por suerte la policía solo me ha relacionado a mí con Xavier y no a mi hermana. Yo les dije que simplemente era un chaval al que conocí en el tren y que no sabía casi nada de él, solo que de vez en cuando nos veíamos en el trayecto y hablábamos. Por lo que se ve se lo creyeron, porque no me han vuelto a llamar para testificar.

Como siempre me ha dicho mi abuelo: «piensa mal y acertarás».

Desde un principio confié en Xavier, me pareció muy bonita su historia, que estuviera enamorado de mi hermana y no hubiese podido contárselo. Hasta que Luna me abrió los ojos.

Días antes

Luna se levanta y yo le suplico entre lágrimas que por favor no me abandone. Tiro de ella hacia mí y derribo ese muro que nos había separado hace años. Inhalo su olor mientras apoyo mi cabeza en su hombro, agarrándola con fuerza, esperando que este no sea nuestro último abrazo.

Acerca sus labios a mi oído y me susurra para que solo yo la escuche:

—Me persiguen, me quieren hacer daño, no confíes en nadie. Nadie.

Después se separa y se baja del tren, alejándose de nuevo de mi, de nuestra vida juntas.


En la actualidad

Antes de irse me advirtió, y en ese momento conseguí entender todo. Seguro que hizo todo lo del incendio para poder huir de quien sea que la quiere hacer daño, por eso se dio por muerta.

Y lo peor, Xavier tiene todas las papeletas de ser uno de ellos. Uno de sus enemigos.

—¿En qué trabaja Martín?

La pregunta de mi madre me saca de mis pensamientos de golpe.

Le explico por décima vez que es repartidor de supermercado, ella me mira de nuevo con las cejas arrugadas y en sus labios se forman unos pequeños pliegues.

—Pero... pero si es domingo por la tarde.

Me río ante lo que dice y enseguida aclaro:

—El supermercado tiene un domingo del mes establecido como día vip, es decir, los clientes pueden pagar un plus por recibir los pedidos ese día. Obviamente, Martín cobra mucho más si trabaja hoy, ya que gana como festivo. Y cuando llega a las casas la gente suele ser muy simpática y darle bastante de propina.

Sonrío al recordar la de historias raras que me ha contado que le han pasado repartiendo. ¡Hay cada loco por el mundo!

Mi madre asiente al comprenderlo y termina sonriendo.

Finalmente se levanta y vuelve a acostarse, supongo que para seguir pensando.



NARRA XAVI

Abro los ojos al escuchar unos pasos acercarse a la puerta. No son bruscos ni pesados, como suenan los de Mueble cada vez que va a pasar aquí. Pero tampoco son tacones ni refinados, como los de Cleo. Estos diría que puede que sean una mezcla, son más apresurados, pero no tan delicados ni tan bruscos. Además no parece que lleve zapatos elegantes.

Cuando por fin se abre la puerta, la luz de fuera junto con el pequeño halo de luz que incide desde la ventana alumbra toda la estancia. He acertado por completo. Los zapatos no pertenecen ni a Cleo ni a Mueble. Son unas deportivas. Esta vez la persona que viene no va con vestido, la mujer que entra lleva unas mayas que realza su figura, pero no sonríe, su cara está seria y me mira con enfado y determinación. Viene dispuesta a hacerme muchas preguntas.

Luna entra al cuarto dispuesta a no irse con ninguna duda. Se gira para cerrar de nuevo la puerta con llave y ese gesto me sorprende. Desde que estoy aquí nunca lo han hecho. Siempre que han entrado simplemente han cerrado, pero sin poner ningún seguro adicional.

¿Se ha quedado Luna sola?

—Jamás pensé que el chico callado del tren podría llegar a ser el malo del libro.

Su voz irrumpe mis pensamientos. De un rápido movimiento la miro y me sorprendo al escuchar su tono de voz. Llegados a este punto no sé si estoy asombrado por escucharla casi por primera vez o no.

—Qué curioso —arrugo los labios mientras pongo la misma mirada que ella me está transmitiendo a mí, de reto—: yo tampoco pensaba que tú traficabas y secuestrabas gente.

Mi aportación le enfada aún más.

Me he propuesto lo poco que me queda aquí hacer todo lo posible por hacerme fuerte. Ya poco puedo hacer para salir de aquí, no creo que me dejen salir. Si no van mal mis cuentas, en poco haré una semana aquí, y saben que si salgo es un suicidio para ellos y se acabará su libertad. Por lo que no podrían dejarme libre a mí.

Solo les queda que yo no salga.

En cambio a mí, solo me queda hacerles la vida imposible el poco tiempo que pueda.

—Mira Xavier, esto es muy fácil, tú me dices quién te manda, y nosotros te soltamos.

Intenta suavizar la voz para parecer convincente.

—Antes quiero que me respondas a una pregunta tú.

—No estás aquí para hacer tratos, recuérdalo.

—Tu quieres una información que yo tengo —levanto las cejas, desafiándola de nuevo—, respóndeme a una pregunta, y yo te cuento todo lo que tú quieras.

Luna no dice nada.

Empieza a apretar sus labios con gran fuerza, parece que está pensando si aceptar mi propuesta o no. Y su falta de negación hace que me atreva a hacerle esa pregunta. 


****

LUNA HA VUELTO!!! 

AAAAAAAH!!!!

Luna en el infierno (Completa)Where stories live. Discover now