25: Todo el mundo

23 7 9
                                    

Holaaa!!!

¿Qué os está pareciendooo? 

¡Ya vamos por mucho más de la mitad de la historiaaa! 

Qué penita cuando acabee 😟😟

****

Esta vez soy yo el que no contesta, no creo que realmente sea una pregunta, puesto que ambos sabemos que desconozco el porqué de su presencia.

—Me han mandado sacarte información —encoge los hombros, como si eso fuera lo más normal del mundo.

—¿Por qué a ti?

—Bueno —hace una breve pausa, creando tensión, como si esto fuera un película—, soy una de las mejores torturando.

Vuelve a reír, pero esta vez su tono es malvado, es una risa falsa, para asustarme.

—Trabajas para Luna —confirmo, puesto que otra cosa no podría ser.

Esas tres palabras hacen que su semblante se vuelva serio y que la sonrisa le desaparezca de un plumazo.

—Trabajo con Luna —recalca la preposición con fuerza, como si le diera rabia que pensara que trabaja para ella—, pero a lo que venía. ¿Quién te ha mandado?

Suelto aire con fuerza, ¿tan difícil de creer es que nadie me haya contratado?

—Mira Cleo, te digo lo mismo que le he dicho a ese hombre armario: no me ha mandado nadie —digo todo palabra por palabra para darle énfasis—, ¿quién os odia tanto como para ir a por vosotros? —hago una breve pausa, y tras soltar una pequeña carcajada vuelvo a hablar—. Ah sí, todo el mundo.

Me mira con furia, y de un manotazo tira la bandeja con toda la comida sin tocar, no me ha dado tiempo a coger el bocadillo, y ahora está esparcido por todo el suelo. La mortadela se ha salido de entre el pan y está tirada.

—Mira bonito, hemos sido amigos —junta nuestra nariz y me mira con los ojos muy abiertos—, e incluso algo más. Pero mi trabajo prevalece ante las relaciones. Así que no quieras verme haciendo lo que debo estar haciendo. Porque te arrepentirás.

Se separa de mí y descubro que su rostro no es el mismo de siempre, en el cuello que varias veces he besado aparece una vena demasiado hinchada. Sus ojos ahora tienen las pupilas dilatadas, aunque pensándolo bien, puede que ya haya entrado así. Está drogada. Cosa nada extraña sabiendo que trafica con ello.

Como ve que no digo nada su enfado incrementa y me agarra de la cara con fuerza. Intento que no vea el dolor que está ocasionando en mí.

—Dime la verdad de una vez Xavier. ¿Para quién trabajas? —En la barbilla se le forman unos pequeños puntitos, ocasionados por el enfado y la fuerza que está haciendo cerrando la mandíbula.

No sé quién irá contra Luna, pero está claro que se han sentido atacados por mí, pensando que yo formo parte de sus enemigos.

—Te digo la verdad Cleo —uso el mismo tono incandescente que ella ha usado anteriormente conmigo—, yo no estoy metido en el mundo de las drogas como vosotros. No os quería atacar, soy un simple trabajador honrado, con algo legal.

Veo cómo levanta el brazo a la vez que cierra el puño y eso aterriza en mi mejilla con gran fuerza. Pero eso no hará que me rinda, así que sonrío ante su golpe.

—Acudes a pegar por impotencia de no conseguir que hable —conforme voy hablando su cuerpo empieza a destensarse, pero el enfado sigue aún en ella.

Gira su cuerpo dándome la espalda y escucho un silencio victorioso, la he dejado sin palabras. Y por eso abre la puerta y se va dando un gran golpe contra el marco de la puerta. Lo que hace que el suelo vibre ligeramente a mis pies.

Ella se ha ido y la habitación ha entrado en un silencio inmenso, pero dentro de mi cabeza no paran de salir palabras, haciendo que todo empiece a sonar y entra una gran sonoridad. Hay demasiadas cosas que no entiendo, por no decir nada. Porque la entrada de Cleo me ha descolocado por completo. ¿Qué pinta ella aquí? Puede que muchas veces las personas nos sorprendan y sean algo que jamás pensábamos que serían. Es que nunca llegamos a conocer a nadie al cien por cien, por mucho que queramos y deseemos. Cualquier persona puede acabar haciendo jamás imaginábamos. Y siempre que alguien nos sorprende salimos con lo mismo: no pensaba que fuera así.

Pero juro que yo siento que me ha pasado eso con ella. Sobre todo después de las últimas veces que nos hemos visto, y la tristeza interior que la invadía.

La última vez que nos vimos fue hace dos años, desde el reencuentro que tuvimos el año anterior empezamos de nuevo a ser amigos con derecho, aunque se hizo un poco difícil, puesto que yo seguía pillado por ella y Cleo no me quería como algo más.. Pero las últimas veces que nos vimos fui realmente consciente del peso que llevaba sobre sus hombros. Ella no me quiso contar nada, pero en alguna noche que dormimos juntos la escuchaba llorar y despertarse sobresaltada por pesadillas.

Y tal y como empecé a pensar de Luna, la gente que entra en este mundo puede ser por huir del suyo, aunque con ella me equivoqué, pondría la mano en el fuego que con Cleo he acertado.

Pero ahora mismo lo más importante es: ¿qué será de mí? cuando averigüen que no trabajo para nadie y que soy un simple hombre que se había fijado en la persona equivocada.

De nuevo escucho gritos al otro lado de la puerta, pero esta vez se escucha la conversación a la perfección. 

Luna en el infierno (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora