32: Curiosidad

16 7 17
                                    

—¿Realmente estás enamorada de Erik?

Mi pregunta le pilla completamente desprevenida, porque empieza a toser intentando procesarla.

—¿Qué te importa a ti eso?

—Te he hecho una pregunta. Es de mala educación contestar con otra pregunta.

Luna resopla con fuerza y da vueltas a mi alrededor. Pero su movimiento no impide que pueda ver cómo su nerviosismo crece conforme van pasando los segundos. Parece como si al mencionarle se hubiera despertado un fantasma del pasado, porque mira hacia los lados cada vez que el árbol que hay fuera golpea la casa. Es como si hablar de él le asustara.

—Él...—la voz le tiembla y finalmente procede a mirarme—, yo...

Sin decir nada más, saca la llave de su bolsillo y tras abrir la puerta se va corriendo de la habitación.

Miro atentamente el trayecto que ha hecho aún sin entender nada y arrugo las cejas impresionado. Hay algo raro entre Armario y Luna. Algo muy, pero que muy, raro. Pero, ¿qué será?

Debe ser algo muy gordo como para que ella se haya ido así.



No pasan ni cinco minutos cuando la puerta se vuelve a abrir y Luna vuelve a entrar de nuevo por ella. Esta vez viene con los mofletes rojos e hinchados, consumida por la rabia y la impotencia. Supongo que por no conseguir sacarme la información.

—Erik y yo nos amamos. ¿Estás contento?

Mientras dice eso no deja de andar por toda la estancia. Pero algo que me llama la atención es el movimiento de manos, tiene las dos entrelazadas, y ambos pulgares los mueve, tocándose uno con otro.

—Mientes.

Lo digo lleno de seguridad. Porque sus gestos me han demostrado que su cuerpo no está de acuerdo con sus palabras.

Cuando una persona habla son muy importantes sus gestos y lo que hace con su cuerpo, los movimientos corporales. Y todo lo que ha hecho después de soltar esas palabras ha sido con nerviosismo. La forma en la que camina, en la que se coge las manos y las gira una con la otra.

Está nerviosa.

Lo que claramente indica que está mintiendo.

Mientras yo observo sus movimientos, ella no para de andar, y cuando escucha que la estoy dejando como mentirosa niega, con nerviosismo nuevamente. Incapaz de pronunciar palabra.

—Si no le quieres, ¿por qué estás con él?

Decido tomar la palabra de nuevo y hacer otra pregunta, viendo que ella no iba a desmentirlo.

—Vale, tienes razón —admite finalmente—, no le amo. Pero eso no quiere decir que no le quiera. Puedes estar con una persona y quererla y no amarla —sus gestos empiezan a relajarse y a hacerse más lentos—. Nosotros empezamos a salir hace poco, no puedes amar a alguien a quien acabas de conocer.

—Te equivocas de nuevo —interrumpo su discurso—, sí que puedes. Porque a mí me ha pasado.

Puede que al decir eso esté pensando en ella, o puede que ahora el equivocado sea yo, y efectivamente no puedas estar enamorado de alguien a quien no conoces. Pero yo creo que eso es un eterno debate, del que nunca habrá una respuesta correcta o incorrecta.

—Pues bien por ti —vuelve a su tono serio y autoritario—. Yo ya te he respondido. Ahora dime, ¿por qué te importaba eso?

Me muerdo la lengua mientras intento pensar las razones claras por las que he decidido hacer esa pregunta, pero la verdad es que no tengo ninguna. Quería ganar tiempo, y sobre todo, obtener información sobre ella. Y es lo primero que se me ha venido a la mente. Aunque lo único que he conseguido es saber que llevan poco tiempo juntos. Cosa que ya se podía suponer.

Bueno, y que algo sigue fallando aquí.

—Curiosidad —reconozco.

Parece que mi respuesta no le importaba mucho, porque cuando me escucha asiente y pasa a preguntarme de nuevo quién me manda y por qué.

Ahora es cuando realmente estoy en un lío. No tengo ni idea de quién puede ir a por ella, por lo que no puedo inventarme nada coherente. Y si intento pensar algo rápido, seguro que se va a dar cuenta de que no es verdad y esas personas no existen.



De pronto siento una gran presión en las piernas y al bajar la vista veo que ahora estoy más atado que antes. No sé de dónde se ha sacado Luna las cuerdas, ni en qué momento ha empezado a atarme. Pero estaba tan sumido en mis pensamientos que no he sido consciente de que me estaba atando aún más. Pero ahora las cuerdas están mucho más atrapadas que antes.

—¿Qué haces? —pregunta de forma inútil, porque es obvio que desatarme no.

—No hablas por las buenas, lo harás por las malas.

Cuando termina de hacer el último nudo pasa a mis brazos y mientras intento resistirme, procede a atarme aún más los brazos. Finalmente lo consigue y me deja más inmóvil que antes. No he podido hacer nada, las cuerdas de antes ya me tenían lo suficientemente inmovilizado como para no poder defenderme.

—Como la idiota de Cleo no ha hecho bien su trabajo, me toca hacerlo a mí.

Los brazos y las piernas ya me empiezan a arder y aprieto la mandíbula cuando veo cómo se acerca aún más a mi.

Su cara se queda a milímetros de la mía. Y cuando hace días hubiese deseado besarla, ahora solo quiero que esa cara desaparezca de mi vista.

Con toda la fuerza que me queda cojo aire y tras acumular saliva la escupo de frente. Al tenerla tan cerca el escupitajo ha ido a parar a su ojo derecho. Ella enseguida se ha levantado sobresaltada y sin darle tiempo siquiera a procesarlo cierra el puño y me propina un puñetazo en la mejilla.

Es increíble la fuerza que tiene.

Y tras eso decide hablar, casi escupiendo cada palabra que dice. 

****

¡Holaaaa! 

Esta vez vengo con malas noticias 😟😟

La historia de Luna y Xavi está llegando a su fin 😟


Luna en el infierno (Completa)Where stories live. Discover now