Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El mayor daba un suspiro fuerte, inflaba su pecho de una manera exagerada. Al ver que no lo mirabas, volvió a hacerlo pero esta vez con más exageración.
-¿Qué querés?- Lo miraste fijamente.
-¿Yo?- Se señalo a si mismo, fingiendo estar ofendido -Nada-
-¿En serio?, ¿entonces porque suspiras como perro resentido?- Con una mirada juzgadora le decias.
-Bueno... Hay algo en especial que quiero que hagas- Desviaba su mirada, apretando sus labios con duda.
-Soy todo oidos- Diste una respuesta obvia, agitando levemente tus manos.
-¿Me haces las trencitas que me gustan?- Te daba dos colitas de pelo, las cuales siempre usabas para jugar con su largo pelo.
Simplemente hiciste una seña con tus manos para que se diera vuelta y realizarle el famoso peinado que él ama.
-Hacelas del mismo tamaño por favor, Rindou la otra vez se río de mi por eso-
-No prometo nada- Soltaste una pequeña risa mientras terminabas la primera.
Pasaron los minutos y las dos trenzas ya estaban hechas, se las mostraste de diferentes ángulos. Parecía que iba a llorar de lo lindas que quedaron, ¿tan buena eras?.
-Te amuu- Hinchada sus labios para un piquito, le diste una y simplemente salió corriendo de la habitación. Sin dudar un segundo, supiste adónde iba. Iba a buscar a Rindo.
(...)
-¡Deja de romper las bolas Ran!- Gritaba el menor de los Haitani, dándole una patada en el estómago a su hermano mayor.
-Mucha envidia en esta habitación... Pero te entiendo querido hermano, yo también lo estaría si tuviera una preciosa novia que me hace todos los días mis hermosas trencitas- Mostraba su cabello, riéndose con malicia.
-Deja de joder con la envidia de mierda, ¿quién te va envidiar?. ¡Pareces un puto bebé Ran!- Cerraba sus ojos con frustración. Simplemente se fue de la habitación, no aguantaría un momento más con su hermano.
Sin avisar, el menor volvió a la habitación, pero solo se quedo en la puerta. -¿Sabe teñir?- Desviaba su mirada.
-Si, pero me insultaste y se lo voy a decir- Cruzaba sus brazos, sabia que se saldría con la suya. -Ademas me diste una patada pedazo de mal parido- Se fue de allí sin decir nada más, riendose por lo bajo. Llego a dónde estabas tú y su actuación comenzó.
-¡____!- Fingía tener lágrimas en sus ojos.
-¿Cuál va a ser tu hermosa mentira hoy?- Le dabas una pequeña sonrisa.
-Oww, pensé que está vez me creerías- Su hombros se aflojaron, símbolo de decepción por la situación.
-A ver- Frotaba tus dedos por tu sien. -Ven, ven aqui conmigo- Él simplemente obedeció y por esto se llevó un golpe en su nuca.
-¡Ah!... Perdón- Apoyaba su cabeza en tu pecho. -¿Ahora te puedo pedir mimitos cuando quiera?- Pequeños ruiditos salian de su boca, como un pequeño quejo de toda la situación.
-Si, siempre cuando quieras un poco de amor, veni-
Los ojitos de Ran brillaron cuando terminaste de hablar, te abrazo aún más fuerte mientras le acariciabas suavemente su cabello.
¡Holap!, lamento nuevamente la inactividad de casi una semana :( Pasó un accidente de índole personal y no tuve el tiempo ni las ganas de escribir. ¡Perdón!