Capítulo 11.

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LARA.

Los chicos sin camisa recibiendo el sol de Atlanta no era lo que esperaba ver. Ellos son muy calientes, y a pesar de no tener precisamente cuerpos atléticos y tan marcados, no les quita lo que podrían causarle a las personas con preferencia al sexo masculino.

Tampoco esperaba estar en la casa de Daniel para pasar un día en la piscina. Al momento de decirle a mi madre sobre ir a la casa de Daniel fue... extraño, esa es la palabra.

Ella comenzó a hablar—muy sonriente—, que dejara de decir mentiras, que la banda no existía, que todo fue un invento de mi parte. Que todo lo había hecho solo porque yo, en realidad, estaba saliendo con un chico.

¿Qué?

Yo. Estaba. Confundida. En serio, de repente me consiguió un novio en cinco minutos de la nada. Los chicos luego fueron a mi casa, los presente y explique todo, sobre la presentación y los ensayos.

Mi mamá se mostró muy amable y alegre al conocerlos, creo que fue más porque nunca le había presentado "amigos" a ella, ni a mi padre.

Daniel con su sonrisa encantadora y sus elocuencias, Charles con su amabilidad y su simpatía, y Bradley... pues, siendo él. Terminaron envolviendo a mi mamá para dejarme ir con ellos.

Lo que podría decir de la casa de Daniel es que, su sala es el tamaño de mi casa. Los colores crema y gris son los que predominan en la casa. Los lugares de esta son muy amplios, hay una, que es mi favorita, tiene un enorme piano en la esquina de la habitación, en el centro un mueble gigante con un televisor al frente, y mi parte favorita, las puertas de vidrio que dan a la terraza donde está la piscina, el sol iluminaba completamente la habitación.

Al no traer lentes de sol me molesta completamente.

—Si quieres puedes usar mis lentes de sol—sugiere Bradley.

Los señala en la mesa que esta junto a unas camillas para llevar sol. Los alcanzo y me los coloco.

—Te queda bien—dice Charles esparciéndose protector solar por los brazos.

—Gracias.

Comienza a sonar música en la bocina que está cerca de una silla colgante de forma rectangular.

Daniel y Bradley se lanzan a la piscina salpicando todo alrededor. Yo en cambio, me acerco y me siento metiendo las piernas en el agua; pero, alguien me empuja y caigo en el agua fría de la piscina.

Escucho las carcajadas de los chicos.

—¿Pero que mierda Charles?

El solo se ríe y se tira a la piscina. Él se intenta acercar, pero lo salpico con agua.

—Ni se te ocurra.

Charles simplemente bufa.

—Lara, una duda—habla Daniel—. ¿Es cierto que de donde eres siempre se va la luz?

Genial.

—Si. Hay siempre racionamientos, duran entre 3 a 6 horas.

Ellos de forma inmediata cambian sus rostros a horror absoluto.

Los chicos preceden a quejarse sobre lo inhumano que es eso.

Después de un rato Charles no para de hablar, y dice:

—¿Saben que me molesta? Que siempre nos confundan con Thunderstruck.

—Mierda—comenta el bajista.

—Hace poco, Lucas Jonhson saben de él ¿no?—Bradley achica más los ojos pues ahora el sol está en dirección a él.

—El futbolista. Si lo recuerdo.

Because, all I need is you. (All I Need Libro 1).  |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora