Capítulo 37.

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BRADLEY.

Rodeo los hombros de Lara con mi brazo y me acomodo más en el asiento del cine. La película que se reproduce en la pantalla muestra a unos alienígenas combatiendo con los humanos, no humanos, en un planeta que no recuerdo el nombre. No había otra película en taquilla que se me hiciera tan interesante como esta.

Lara se acurruca junto a mí y suspira.

—Que película de mierda— escucho murmurar a un chico detrás de mí.

Y lo es, totalmente de acuerdo con el chico; además, creí que sería buena, pero escogí mal. Lara me lo advirtió, pero como me tocaba escoger, me importo una mierda.

Las últimas tres semanas pasaron volando, y cada momento con Lara es cada vez más corto y menos incomodo. Charles y Daniel ya dejaron la fiesta en paz, al principio fue tenso, las miradas de asco en los chicos se quedaron atrás.

—¿Y si nos vamos? —Le sugiero a Lara.

—Ah...—canturrea—¿Ahora te quieres ir?

Le comparto una mirada cómplice y dirige la suya a la película.

—Vamos—me quejo—. Vemos otra película en mi casa.

Y no necesito rogar más porque terminamos dejando del cine, me sujeta la mano mientras caminamos.

—Te invito a un café— su resplandeciente sonrisa se deja ver.

Finjo un exagerado suspiro antes de decir:

—Jamás pensé que oiría esas mágica palabras de Lara Grace.

Se ríe ante lo último que dije y deja caer su cabeza en mi hombro, y simplemente por impulso planto un beso en ella. Y estas son las cosas en donde empiezo a dudar ¿enserio debería rebelarme y decirle que me estoy acostumbrando a estar con ella? O ¿guardo cualquier pensamiento al respecto y decido seguir como si nada mientras exploto por dentro?

Esto va a doler, y bastante.

—¿Nos sentamos afuera o adentro de la cafetería? —Pregunta.

—Afuera.

Afirma con la cabeza y nos sentamos en una de las mesas que están cerca de la entrada de la cafetería.

De Lara no he visto ningún indicio, mensaje subliminal, ni señales de humo que me digan que yo le gusto de la misma manera que a mí me encanta ella. Tal vez si confieso que quiero formalizarlo... ella se aleje.

—Ayer te note algo acelerado cuando tocabas, ibas muy rápido—expresa mientras frunce el ceño cuando el sol le pega en la cara.

—Si... toma—me quito los lentes de sol y se los entrego.

—Gracias Hill—los toma con delicadeza y sonríe apenas se los pone.

—Me adelante al momento y no sabía cómo arreglarlo.

Asiente.

—Debiste ver a Charles tocando la batería desesperado—suelta una risa—, el pobre no sabía cómo llegar a tu ritmo.

El camarero se acerca, él anota nuestras órdenes para luego retirarse.

—Me gusta en la forma que este ves distraída—suelto sin dejar de mirarla.

—¿Qué? —Inmediatamente pregunta con las cejas fruncidas y una sonrisa—¿Por qué?

—Me gusta—digo con simpleza.

—Pero ¿por qué?

—¿No puede gustarme y ya? — Me inclinó más a ella pasando mi brazo alrededor de su silla.

Because, all I need is you. (All I Need Libro 1).  |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now