Because, all I need is you. (All I Need Libro 1). |EN EDICIÓN|

Capítulo 54.

LARA.

El personal ordena los últimos detalles del escenario como lo planificamos para darle inicio a la sesión de fotos del álbum Because, all I need is you.

Todo esta quedando hermoso, Cuando escuché la primera canción mi mente se transportó hacia los ensayos en el garage de Charles, los letreros de neón en Perfect Place, y cada momento en el cuarto de música de Bradley. Para mi era importante transmitir el ambiente de los chicos en ese tiempo, y no hay nadie como yo, que pueda hacerlo. Bradley cantó la primera canción, y no creí que diría esto, pero se convirtió en mi favorita.

Los veo, con el vestuario que asignamos, vintage. Charles, con el cabello algo más largo me sonríe y camina hacia mi.

―Lara esto es... es como si estuviera en mi casa.

―Esa fue la intención ―digo―. Al escuchar las canciones no pude evitar pensar en los ensayos, en el cuarto de música de Bradley... ―detengo mi habla de forma abrupta―.

―El telescopio le dio un buen toque.

Daniel llega hasta nosotros con una sonrisa junto a Brad y Rome.

―Larissa.

―Dani...

Alguien vocifera el nombre de Daniel y se retira junto a Charles.

―Entonces... ―inicia Brad―. Una habitación con disco de vinilo.

Rome se disculpa y también se retira.

―Si, una vez salí con alguien que tenía una ―contesto.

―¿Si?

―Si... ―suspiro―. Tenía una banda, y un hamster.

―Seguramente era muy guapo.

―Lo es. ―Me cruzo de brazos. Una sonrisa se va formando en sus labios―. Pero era terco, amargado... y un obsesivo con el café. ―Giro mis ojos de forma dramática acompañado de un bufido.

De su garganta surca una risa sexi.

―Que idiota...

Lo llaman para la sesión, y el resto del día transcurre igual; aunque el señor Robert no para de verme con desprecio, lo cual me parece un poco fuera de lugar, no es mi culpa haber hecho un trato en la empresa donde trabajo.

Me despido de todos en el set, busco a los chicos que tienen que prepararse para otra sesión de fotos, uno de iluminación me comenta que están en sus camerinos.  Toco al primero que veo y escucho una afirmación para pasar. Me sorprende, ―y me pone nerviosa―, encontrar a Bradley solo.

―¿Y los chicos?

―No tengo idea ―dice girando en su silla.

―Ah... bueno, solo venia a despedirme... ―mi voz se va apagando apreciando cómo se va levantando del asiento y en pocos pasos ya su pecho está a milímetros de mi ―. Nos vemos luego.

―Si, adiós. ―Sus brazos envuelven mi cintura en un abrazo que correspondo. Justo al separarnos nuestras narices se rozan al tomar ambos la misma acción, girar.

«Besalo.»

Sacudo el pensamiento de mi cabeza, no debo hacerlo.

Doy un paso atrás con el dibujo de la sonrisa más incómoda que he forzado alguna vez.

―Mejor me voy ya. ―No lo dejo hablar y abro la puerta del camerino saliendo de él. Caminando hacia el estacionamiento, mi hombro tropieza con la de alguien más―. Lo siento. ―Mis ojos hacen contacto con unos más oscuros. El señor Robert.