Capítulo 6: Situación incognoscible

108 4 21
                                    

Haley Bullock:

Que ambiente tan amargo, que extraña impresión me dejó un chico que jamás en la vida me había dirigido la palabra. Era la primera vez que alguien parecía tener piezas que me pertenecían en totalidad. Todos los que fueron cercanos a mí, me conocían, pero yo quería saber que manera de relacionarse era esa.

Fui inexistente para él, no me movía en su círculo. Tal vez conocía mi calle y quienes eran mis amigos, ¿pero y lo demás de dónde lo sacaba? A diferencia de otros, evitaba hablar de los temas que me atraían. Estaba hecha de lo que leía, escribía, de mis pinturas favoritas e incluso podía apropiarme de canciones para después, de manera involuntaria, almacenar actitudes que surgían sin control.

Hablar de arte era hablar de mí, y explicarlo: como darle la llave de mis fortalezas, mis sufrimientos y mis secretos. No le daría algo así a un completo desconocido. Y no pude negar que entendía su idioma. Lo que insinuaba con osadía me descolocaba. Olvidé lo sucedido por el súbito apretón que Jinny produjo, tratando de ajustar el siguiente vestido que me había traído. Teníamos veinte minutos en los baños del museo.

—¡Auch! —exclamé—. Creo que me acabas de fracturar hasta la vida.

—¡Oh por dios, lo siento! —habló riéndose—. Le dije a Zac que este modelo tenía que ser una talla más de la que sueles usar.

Abrí los ojos y apreté mis labios, era de esperarse.

—Nunca te hace caso.

—A veces suele ser tan terco, ya estoy creyendo que es una personalidad que reserva solo para mí —comentó con una molestia camuflada.

Hice una pequeña sonrisa, imaginando todas las prepotencias de Zac con su hermana, Jinny.

—Lo prefiero tranquilo —rodé mis ojos porque sabía como era llevarle la contraria a mi mejor amigo.

Ella se movió a un lado de manera rápida para ver mi cara en el reflejo del espejo.

—Creo que tu nivel de tolerancia con mi hermano es admirable. Te envidio. Acaba con mi paciencia todos los días.

—No inicié mi amistad con él pensando que a futuro lo vería como alguien esencial, solo sucedió —Jinny me soltó y se cruzó de brazos, su rostro me miró a través del espejo con expresión cansada—. ¿Qué?

—¿Quieres que estropeé tu vestido? —dijo levantando una ceja.

—¿Cuando entenderás que Zac te ama incondicionalmente? Es algo para lo que no existen dudas, es tu hermano.

—Se le nota demasiado —replicó con sarcasmo, apretando otra vez el vestido y causando que me queje por segunda vez—. La verdad es que siento que te prefiere a ti.

La observé firme.

—¡Cuando te digo que te ama como a nadie lo digo en serio! Aunque obvio que a su manera.

—¿Lo ves? A su manera no puede funcionar la vida.

Respiré porque ya tuve la conversación de "los hermanos que no se soportan", con ella. Zac y Jinny se demostraban afecto, se querían y protegían, aunque en lo último era Zac el que cruzaba los límites comportándose como un escolta para Jinny.

—¿Lo dices por su sobre-protección?

—¡Por todo! —levantó la voz inconscientemente, ajustando el vestido horriblemente y tras unos segundos de silencio agregó—: y bueno, sí... También su sobre-protección, ¡Es qué por dios, Haley, si lo vieras! Ni siquiera papá es tan molesto.

—Eres la preferida del señor Zacarías, creo que siempre ha sido muy pacífico contigo.

—Exacto, entonces no entiendo a Zac.

Lunenburg©Where stories live. Discover now