Capítulo 15: La iglesia

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Haley Bullock:

—... Fue un chico lleno de alegría, con un futuro a punto de construir y la amabilidad tan inculcada que le habían enseñado sus padres. Aun así, las esperanzas de su regreso estarán presentes en el resto de nuestras vidas y corazones, cuando nuestro amado señor todopoderoso, nos regrese un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando los muertos resuciten llenos de vida, limpios de todo pecado y de toda enfermedad, amén.

"Amén". Se escuchó de parte de todos los presentes, conmigo incluida. El unísono de nuestras voces golpearon las paredes y mártires de la iglesia. El día era inusualmente soleado, pero con el presagio de nubes lejanas que adelantaba una tarde lluviosa.

—En el tercer día de su partida, queremos recordar a Travis Holt, que...

La voz del sacerdote desapareció de mi sentido auditivo, que ahora viraba hacia la voz de Rett, a mi lado.

—No me gustan las iglesias —habló en un susurro que podría ser percibido por otra persona.

Le di un golpecito en la pierna con la muñeca, para que se callara. Miré a mi alrededor y traté de susurrar lo más bajo posible.

—Aquí podemos conseguir la paz que no conseguimos afuera.

—Y también podemos conseguir los pecados más terribles de la humanidad —abrí mis ojos espantada por sus comentarios, en algún momento leí la historia pasada de la iglesia de Lunenburg.

La autoridad religiosa de nuestra ciudad, llevó a cabo asesinatos en contra de personas que querían reformar su liderazgo divino en todo el país, acontecimientos que sucedieron hace más de cincuenta años, pero que seguían siendo parte de nuestra historia en todos los libros.

—Estamos en una época moderna, Rett, esas cosas ya no suceden, el sistema actual está bien definido —parecía que lo insultaba, sin importarme que pudiésemos causar una interrupción en algo tan sagrado para los Holt, que de por sí, eran muy devotos.

—Lunenburg no escapa de sus oscuridades, es su pasado y su esencia. Allí es donde pertenece, y por si no te has dado cuenta, están regresando sus secuelas. Es como si todo este tiempo se estuvo gestando una nueva forma de llevar a cabo las muertes de las personas, para entregárselas al mismísimo diablo —si alguien me estuviera viendo el rostro, sabría que estaba escuchando algo desagradable—. La iglesia de Dios es verdadera, pero entre ellas no entra la de nuestra ciudad.

No imaginé que posterior a esto, Rett tendría la valentía de irse de la misa. Indudablemente acaparó la atención de todos, los murmullos no tardaron en llegar. Permanecí estática cuando algunos se fijaron en mí, debido a que Rett estuvo a mi lado la mayoría del tiempo.

Sus padres estaban impresionados. La hilera de sillas de madera, largas, del otro lado, se encontraban llena de personas, con ellos incluidos, que me hacían señas confundidas llamando la atención de los que se hallaban detrás. Negué con la cabeza igual de perdida que ellos, tratando de que comprendieran que tampoco entendí su actitud.

Jinny se cambió disimuladamente a los asientos detrás de mí, y yo fingí que no la vi, no quería lucir irrespetuosa. Mis dedos se entrelazaban justo sobre mi abdomen y no aparté mi frente del sacerdote, al que desde hace un rato ya no escuchaba. Sin mover mi cabeza, mis ojos doblaron cuidadosamente a la derecha, encontrándome con un Ashton sonriente. Inclinó la cabeza un poco, para saludarme con discreción.

Suspiré ofendida por todo lo que hizo, mientras que ahora fingía que nada sucedió. De no ser por su persecución, yo no habría tenido tal incidente.

"De hecho, si tú no fueses en busca de lo que no te incumbe, te ahorrarías pormenores tan agitados", me reprochó mi propia voz interna. Las mentiras con las que le salí a mi madre no se igualaron a las que le dije a Zac, tuve que agregarle más cosas y al menos ella si me creyó.

Lunenburg©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin