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"Un deseo que se convirtió en telarañas llenas de mentiras, un enredo de engaños, con pasión y dolor.
Un amor lleno de destellos de luces, que cegó, envolvió, destruyó y evolucionó todo a su paso.
La vida le enseñará que las obsesiones suelen se...
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Londres, 22 de febrero del 2020.
Amaneció lloviendo a cantaros hoy, me quedo contemplando como caen las gotas de lluvia en el ventanal, la lluvia es uno de los fenómenos naturales que me gusta observar y pintar, pero lo que más me gusta es el olor a tierra mojada que se alza cuando deja de llover, no sé cómo explicar esa pequeña adicción que tengo desde chiquita, es un poco raro, pero me fascina ese olor.
Le doy pequeños sorbos al chocolate que todavía está caliente y me desplazo por el ático, mi pequeño lugar seguro, dónde me pierdo horas y horas la mayor parte del tiempo, si no estoy pintando, estoy leyendo. Me gusta la estructura de este lugar, tiene grandes ventanales que iluminan cada rincón, paredes altas para pintar o colgar mis obras y al fondo está mi librero, en el medio de toda la gran sala se encuentran mis materiales, los lienzos agrupados en una esquina, una mesa espaciosa con cajones para guardar las pinturas y los pinceles y un sofá pequeño.
Me siento en el piso recorriendo con la mirada todo el lugar, mi papá lo acondiciono para mí desde los quince, cuando empecé a tomarme la pintara en serio, ya no como un entretenimiento si no como una vocación, en cada paso que he dado en mi corta vida, mi papá ha estado ahí para impulsarme o levantarme y nunca ha soltado mi mano.
Suspiro lentamente apoyando mi espalda al brazo del sofá, mi mente me recuerda una y otra vez ese beso que Damon y yo compartimos en el ascensor, no puedo superarlo, ese beso reafirmo mis ganas de conocerlo más, de acercarme a él y de enamorarlo.
Quizás sea un caprichoso o estoy desarrollando una pequeña obsesión, me gusto desde que lo vi, sé que no mezcla los negocios con el placer, pero yo no soy su socia, así que con un plan maestro desarrollándose a mil por horas en mi cabeza, busco el contacto de la única persona que me daría información verídica de primera mano.
—Necesito información sobre Damon Ricciardi.
—¿Información detallada o solo lo esencial?
—Esencial.
Yo personalmente me encargaré en el trayecto de conocer cada uno de sus secretos y de meterme bajo su piel. Solo necesito saber si tiene pareja o está soltero para proceder con mi plan de seducirlo. Trato como me gustaría que me traten, no me involucro con personas que tienen compromisos, no soy plato de segunda mesa de nadie o soy prioridad o no somos nada.
—En una hora te paso la información.
Suelto mi teléfono y me quedo mirando la pared que tengo al frente, lo pinte cuándo tenía diecisiete un día estaba tan aburrida, no sabía qué hacer y me puse creativa y plasme la noche estrellada de Van Gogh con pintura fluorescente.
Me siento en armonía cuándo afinco uno de mis pinceles en el lienzo, es como una dosis de analgésicos. Pinto cuándo estoy enojada, triste, decepcionada o feliz. Me pongo a revisar que materiales me faltan, necesito más pinturas, lienzos y pinceles.
