Capítulo 28.

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Roma, Italia, 01 de mayo del 2020

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Roma, Italia, 01 de mayo del 2020

—¿Qué es lo que más te gusta hasta ahora de Italia?

—Su arquitectura, los museos, la gente y el helado, es el mejor helado que he probado en mi vida.

—Te ha gustado muchas cosas de aquí, me alegra, así vas a volver y nos reencontraremos.

Esta mañana recibí un mensaje de Dalila, invitándome a comer y aquí estoy, con ella, recorrimos los pasillos del centro comercial, hasta llegar a su cafetería favorita, es un lugar bonito y elegante, nos sentamos en una de las mesas en la terraza, tengo ganas de comer algo dulce así que pido mi pastel de red velvet con un café de caramelo y ella opta por una dona rellena de chocolate y café negro, me río por algo que ella me cuenta de Dante.

La vista desde aquí arriba es impresionante, se ve gran parte de la ciudad, los enormes edificios, las calles llenas de personas y de autos, el cielo brillando a lo alto, me quedo un rato mirando las nubes que tienen formas extrañas, una de ellas parece una corona y otra la cara de una persona, salgo de mis pensamientos cuando traen nuestros pedidos, mi café está muy caliente, así que espero un rato para bebérmelo, el pastel está buenísimo.

—Me gusta esta combinación, le pusieron dulce de leche de relleno.

—Y a la dona chipas de chocolate, por eso es que me fascina venir aquí, siempre le agregan algo extra a la comida.

La chica que nos está atendiendo, trae una docena de galletas de chispas de chocolate, dice que es cortesía de la mesa que está al fondo a la derecha, miro por encima de mi hombro y hay dos hombres, muy apuestos mirando hacia nosotras, alzan sus vasos en señal de saludos y le devuelve el gesto alzando una de las galletas y comiéndomelas, Dalila me mira y se ríe entre dientes y yo me encojo de hombros, nunca rechazaría comida gratis.

Sería una ofensa muy grande.

Termino de comerme el pastel y casi me acabo el café, así que pido otro para acompañarlo con las galletas, Dalila no quería más pero probo una y le gusto, conversamos de cosas banales, como las diferencias climáticas que hay en Italia y Londres, la comida, entre otras cosas, me cuenta que siempre estuvo enamorada de Franco pero le dama miedo confesárselo porque era el mejor amigo de su hermano y una noche pasada de copas lo beso y él le devolvió el beso y luego salió corriendo, al otro día hablaron y confesaron sus sentimientos.

Soy una romántica empedernida, las historias de amor son mis favoritas, mi corazón salta de la emoción cuando alguien me cuenta cómo conoció al amor de su vida o a su esposo, es tan bonita esa sensación de escuchar a una persona contando con tanta emoción esa primera vez que lo vio o cuando decidió dar el gran paso y confesarse, hay que tener muchas agallas para llenarte de valor y decirle directamente a alguien lo que te hace sentir, yo también quiero vivir ese romance insuperable, ese que le contarás a tus nietos cuándo te pregunten si alguna vez te enamoraste.

Obsesión Peligrosa ✓Onde histórias criam vida. Descubra agora