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"Un deseo que se convirtió en telarañas llenas de mentiras, un enredo de engaños, con pasión y dolor.
Un amor lleno de destellos de luces, que cegó, envolvió, destruyó y evolucionó todo a su paso.
La vida le enseñará que las obsesiones suelen se...
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Roma, Italia, 06 de mayo del 2020
La señora Dianora está ayudándome hacer un pastel de fresas, Dante está en la universidad y Dalila sentada en la encimera mirándonos, estoy ansiosa porque hoy llega Damon, su viaje se retrasó unos días por problemas con unos papeles, será un buen negocio si consigue los permisos para construir un hotel allá, no hemos tenido tiempo mucho para hablar, por la diferencia de hora, por eso Dalila anda como alma en pena por la casa, queriendo hablar con Franco, pero ellos están muy ocupados en reunión tras reunión.
—Deberías de ayudarnos Andrea.
—¿Andrea?
—Mamá odio ese nombre, ahora Gianna lo usará.
—Mi bebita tiene un nombre hermoso, Andrea Dalila Ricciardi, ¿Verdad que sí?
—Es bonito, yo no tengo segundo nombre, aunque sé que mi mamá quería ponerme uno, pero papá no quiso.
—¿Ves mamá? Eso hacen los padres para proteger a sus hijos del bullying.
—Tu nombre es lindo cariño, tu papá los escogió con mucho amor.
—¿No había otro más lindo? —dice haciendo un puchero, Dianora besa su mejilla y yo aprovecho para meter la masa en el horno.
Pensé que me iba a sentir incomoda de estar aquí, pero la señora Dianora se ha encargado de hacerme sentir como en casa, enseñándome recetas italianas, comprando helado de vainilla para mí y haciendo maratón de películas con palomitas dulces, esas pequeñas acciones que ella tiene conmigo, me hacen sentir querida, me trata como si fuera una hija más, mi corazón bombea amor y gratitud por su trato.
La verdad es que me fascina esta casa o mejor dicho hacienda, está a las afueras de roma, es espaciosa, magnifica y una hermosa arquitectura, la piscina es hermosa, tiene su propio establo, con caballos, estoy amando con mi alma estar aquí, aunque ella dice que solo pasan el verano aquí, que la mayoría del tiempo están en la mansión en Roma, pero no cambiaría este lugar por nada del mundo.
No se cabalgar, Dante dijo que me enseñaría, pero me da miedo caerme, así que lo descarté, me gusta ir a mirar los caballos galopar en la extensa llanura que rodea la hacienda, Dalila es una excelente jinete, también hay vacas y otros animales de granja aquí, la señora Dianora se encarga de darle de comer y a veces la acompaño, he decidido que elegiría vivir en un lugar como este y alejarme de las grandes ciudades.
—Llego lo más hermoso de la familia —Dante atraviesa la puerta de la terraza donde estamos sentadas comiéndonos el pastel —, parece que llegue en un buen momento.
—¿Quieres un pedazo de pastel de fresas, bebé? Lo hizo Gianna.
—Mamá ya soy mayor de edad, no soy un bebé, no me avergüences así delante de Gianna.
—Ella hoy decidió que nos haría Bullying, ¿Puedes creer que me llamo Andrea? Esperaba esa traición de todos, menos de ella.
—Que cruel eres mamá, pero sí quiero un pedazo —dice haciéndola reír —. Tranquila Dalila, hoy saldremos ahogar nuestras penas con alcohol.
