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"Un deseo que se convirtió en telarañas llenas de mentiras, un enredo de engaños, con pasión y dolor.
Un amor lleno de destellos de luces, que cegó, envolvió, destruyó y evolucionó todo a su paso.
La vida le enseñará que las obsesiones suelen se...
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Verona, Italia, 16 de mayo del 2020
Ayer Dianora se fue para Bruselas con Dalila a visitar un familiar que está enfermo, a Damon se le ocurrió la grandiosa idea que debíamos de irnos con él a Verona, ya qué tiene que ir a una cena de negocios y que podríamos quedarnos el fin de semana recorriendo los lugares de Venecia, que está a una hora en carretera, así que hoy nos levantamos muy temprano, estamos en el jet privado, me muero de sueño, Franco conversa con Dante de algo mientras yo me acurruco encima de Damon.
El vuelo comenzó hace una media hora, sé que debería de estar sentada en mi asiento, pero estar encima de Damon es más cómodo, él no se queja, más bien me abraza a su cuerpo y me acaricia la espalda, me duermo todo el viaje, despierto cuando ya hemos aterrizado, estoy soñolienta me ayuda a bajar las escaleras porque mis ojos se niegan a despertarse, los escucho reírse diciendo que parezco una bebé.
—¿Quieres que te lleve al auto cargada?
—¿Podrías? —digo abriendo mis ojos y haciendo un puchero.
—Por ti sí.
Beso su mejilla y sus brazos rodean mi cuerpo alzándome, envuelvo mis pies en su cintura, le saco la lengua a Dante que viene bajando las maletas, el auto está a diez pasos, abre la puerta del copiloto, me ayuda a sentarme, luego me pasa mi cartera e intenta alejarse para cerrar la puerta, pero lo atraigo hacia mí y lo beso lentamente.
—Gracias —besa mi nariz y da la vuelta para subirse al auto, esperamos unos minutos hasta que Dante e Ian terminan de subir las maletas en el baúl.
No sé a dónde vamos, ni que tan lejos este, así que me entretengo mirando las redes sociales, cuando me aburro le saco conversación a Dante para entretenme hasta que lleguemos al hotel, estoy amando este mini viaje, ya quiero pasear en góndolas con Damon y tomarme muchas fotos para guardarlas de recuerdos.
Llegamos a un hotel cinco estrellas que nos dan copas de champagne en la entrada, él se acerca a buscar las llaves de cada habitación, le dice a Franco que esté listo a tiempo para la reunión, subimos en el ascensor, nos quedaremos en la suite presidencial, me abraza a su cuerpo cuando se abren las puertas y entran un grupo de chicos.
Uno de ellos me observa fijamente hasta que llegan a su destino, se despide de mi lanzándome un beso, me muerdo el labio con fuerza para no soltar una carcajada cuando escucho el gruñido de Damon, me volteo para verlo, tiene una mirada asesina en su rostro, sonrió de medio lado y me pongo de puntitas para besarlo, sus manos rodean mi cuello y muerde mi barbilla.
—Esperen llegar a la habitación, por favor, no quiero presenciar esto.
—Cállate Dante —escondo el rostro en el cuello de Damon, me había olvidado de Dante, el ascensor vuelve abrir sus puertas y él baja —. Cuidado con lo que haces, no quiero disturbios ni quejas del hotel.
