Capítulo 32.

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+18Levanten sus manos pecadoras 🙋🏻‍♀️

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Levanten sus manos pecadoras 🙋🏻‍♀️

Roma, Italia, 14 de mayo del 2020

—¿Qué hora es?

—Son las cinco menos cinco —arrugo mi cara y el guardia se ríe, acabamos de salir de declarar, nos dieron la opción de llamar a alguien para que venga a pagar la fianza y dejarnos en libertad de inmediato o quedarnos aquí hasta las doce del día.

Prefiero dormir aquí hasta las once, que llamar a Damon y por la cara de Dante, sé que él también lo prefiere.

—¿Tanto te cuesta decir que son las cuatro y cincuenta y cinco de la madrugada?

—Sí. ¿Están seguros de que no quieren llamar a alguien?

—Solo faltan ocho horas para que sean las doce, nos quedaremos aquí, a menos que usted me preste el dinero y mañana vuelvo a pagárselo.

Me mira como si me acaba de salir tres cabezas y cuatro ojos, no tengo dinero en efectivo, tampoco andaría con esa cantidad de dinero en mi cartera y no puedo pagar con mi tarjeta, los estados de cuenta que llegan a papá, si él se da cuenta es capaz de venir a buscarme y arrastrarme de vuelta a Londres, no me conviene hacer ese movimiento, así que me acomodo en la cama de celda y cierro mis ojos.

Me sobresalto por un ruido, es un señor gritándole a Lucia, ella está llorando, se encoge cuando él la golpea, una señora le dice que se calme, que con golpes no se resuelve nada, ella le dice papá perdóname y llora con más fuerza, estrujo mis ojos, Dante está durmiendo, los otros chicos solo miran lo que sucede con cara de pena, me dan ganas de llorar de solo verla temblando y con miedo, ella huye de su mirada y se limpia las lágrimas.

Nos miramos en una fracción de segundos, le sonrió y le susurro que todo estará bien, ella asiente y se va, todavía puedo escuchar la voz del señor gritándole, miro a mi alrededor y en cada celda hay entre cinco a diez personas, de las que estaban en la fiesta, los padres van llegando discutiendo, reclamando, hay otros que solo entran en silencio, pero con la decepción en el rostro, papá estaría muy decepcionado si llegará a descubrir esto, todo mi cuerpo se eriza y entro en pánico.

Espero que Damon, no lo haya llamado.

—¿Dónde se supone que esta el baño?

—Tienes que esperar que el oficial llegue, está afuera de las celdas, a nosotros no nos dio permiso para ir al baño, dijo que usemos ese hoyo —señala un hoyito que hay en el suelo, arrugo mi rostro —, quizás como eres mujer a ti si te lleve.

Me muevo inquieta por el lugar, hay cuatro camas, en esta celda, en las otras también, muevo mis pies haciendo ruido con las botas contra el piso, no hay señales del oficial, me estoy desesperando, escucho pasos me detengo y me giro, veo al oficial pasar por la celda.

Obsesión Peligrosa ✓Onde histórias criam vida. Descubra agora