Capítulo 13: Lo que en verdad quiero es...

25.4K 3.3K 1K
                                    

~Capítulo soft entre Jai y Nani porque ya se lo merecían. Ya saben qué viene después del drama y lo soft, ¿verdad?~

JAI

Horas antes.

La cancha de fútbol se sentía asfixiante.

En este momento el balón se veía inalcanzable mientras todos avanzaban a su lado, queriendo poseerlo, pero yo no podía, mi respiración no era la mejor ahora mismo, no desde el otro día en que viajamos con Nani.

Me detuve en la mitad de la cancha, colocando las manos en mis piernas tratando de recuperar mi respiración, mientras observaba como todos continuaban corriendo y se alejaban de mí. Podía sentir la transpiración helada, mientras que mi respiración dejaba de ser nasal para pasar a exhalar excesivamente por mi boca, otras dos cosas que me indicaban que había pescado un resfrío. Genial.

La verdad es que tenía una teoría del por qué estaba en este estado mediocre, la otra noche, cuando volvíamos en el micro con Nani, hacía demasiado frío, y por decir demasiado me refiero a que Nani estaba tiritando mientras dormía en mi hombro. Todavía recuerdo la expresión en su rostro, sin rastros de la preocupación que había tenido horas antes, cuando habíamos hablado del beso. Fue por eso que me quité la chaqueta y lo tapé con la misma, fue por eso que posiblemente me resfrié.

La verdad es que suele hacer demasiado calor por las tardes, y por las noches la temperatura suele bajar demasiado, posiblemente esa haya sido otra de las razones por lo que terminé en este estado.

Me estiré pasando las palmas de mis manos por mi rostro, el dolor de cabeza cada vez se acrecentaba más, generando una presión en los costados de la misma. Debería haber descansado otro día más, pero tenía demasiadas ganas de descargar mis energías aquí, demasiadas ganas de ahogar mis pensamientos sobre el beso que Nani me dio...

—¡Nani!—escuché el grito de una voz desconocida a la lejanía y me volteé rápidamente al oír su nombre.

¿Nani? ¿Mi Nani?

Hundí mi entrecejo al ver como se volteaba rápidamente en el momento en que nuestras miradas se cruzaron y sonreí de costado.

Se veía tan centrado en mí y de repente su expresión cambió a una de asombro al ver que ahora era yo quien lo observaba, para luego voltearse, lo cual no me permitió ver por demasiado tiempo su expresión tierna y su mirada la cual no podía despegarse de mí.

—¿Y ese?—susurré para mí mismo, mientras veía a un tipo abrazarlo de la nada.

Pero, ¿qué hace?

Comencé a caminar hacia donde estaban, sin entender muy bien qué hacía alguien abrazando a Nani. O sea, hablamos de Nani, no se deja abrazar por demasiadas personas.

—¡Oye! —me detuvo mi entrenador por detrás de mí.

—¿Sí? —respondí, volteándome, viendo como Nani y el extraño desaparecían caminando por el campus.

—Jai, luces más pálido que mi culo. ¿Qué te pasa, hombre?—preguntó observándome con cuidado.

Sonreí negando con la cabeza, mientras me quitaba algunos mechones de mi cabello que se habían escapado de la coleta que llevaba armada.

—¿Tan feo estoy?

Él hizo una mueca con su labio, mientras entre cerraba sus ojos, como si estuviera pensándolo bien.

—¿Feo? Estás horrible, parece que un camión te pasó por arriba. Ve a ducharte y duerme, mañana no vengas. Descansa. No pasará nada si te vas dos días, prefiero tenerte bien dentro de un tiempo que tenerte mal y en poco tiempo.

Amistad, descubrimiento y romanceWhere stories live. Discover now