Capítulo 29: Mi confidente

18.3K 2.3K 677
                                    

JAI

No quería inventarme nada, mi padre me había enseñado desde pequeño a ser honesto, como también a no mentir; que es mejor una honestidad que duela a una mentira que agravie la situación, generando que no haya un punto de retorno en una relación, ya sea amistosa, familiar o romántica.

Pero aquí y ahora...

Sonreí.

La verdad era que no podía permitirme ventilar la sexualidad de Nani, si él me hubiera dado permiso estaríamos teniendo una conversación los cuatro, mis padres, él y yo, pero no era así. Y siendo honesto... No hay nada peor que una persona que se crea en el derecho de decirle a amigos o familiares sobre la misma, es molesto y no puedo imaginar cuanto duele.
Creo en que, si una persona está lista para contar sobre su sexualidad, está lista para aceptar todo tipo de reacción que le valga madres, caso contrario a lo que sucedería si otra persona lo hace por ti, no solo deberías soportar las reacciones sorpresivas y cuestionadoras, que definitivamente no buscabas, sino que deberías afrontar a esa persona a quien le confiaste algo privado que valía mucho para ti.

No me caen bien esas personas, y mucho menos, busco ser una de ellas.

Comencé a caminar de un lado hacia el otro en mi habitación. Nos habíamos encerrado hacía unos segundos y él ya se había sentado en la silla giratoria que poseía mi escritorio. Su mirada curiosa y divertida, con algunas arrugas a los costados, me observaba con determinación.

Mi padre siempre había sido mi confidente, fue al primero al que le conté sobre mis inquietudes, como me sentía fuera de lugar teniendo sentimientos por otros hombres, sentimientos que según muchos estaba visto como algo incorrecto. Era un niño en ese entonces, y para mí lo que dijese el resto era correcto.

"Solo debes quererlo mucho como amigo."

"No te parece lindo, solo te parece una persona que se viste bien."

"Deberías intentarlo con chicas, a ver si así se te quita."

Fueron todo tipo de comentarios que recibí a lo largo de mi vida.

Mi padre no, sus primeras palabras fueron:

"No hay correctos o incorrectos en esta vida, todo depende de perspectivas. Si uno es feliz debe de ser suficiente. "

—¿Qué es lo que tanto debes pensar? Nos contaste que te gustaban los hombres hace ya mucho tiempo, no me digas que estás nervioso porque ahora te gusta una mujer.

Reí, girando mis ojos.

—Papá, que haya salido con más hombres que mujeres no significa que no me gusten más.

—Lo sé, es que me confunde un poco todo esto de las sexualidades, pero con tu madre hemos estado investigando para entender más.

—No necesitaban hacerlo por mí.

—No, pero mira si tu hermano llega y nos dice, como por ejemplo... Soy asexual, soy demisexual, yo me quedaría, sí, pero qué es eso, ¿entiendes? —preguntó retóricamente, rascando su barbilla—. He aprendido mucho desde que nos contaste sobre tu bisexualidad, y quiero comprender todo por si mi otro hijo, o quien sabe si tu madre y yo te damos un hermanito o una hermanita, nos dicen que no son heterosexuales.

Amistad, descubrimiento y romanceOnde as histórias ganham vida. Descobre agora