Capítulo 36

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—Con que Izuku Midoriya, ¿huh? —murmulla la mujer de ojos oscuros con enormes botas negras envolver sus blancas piernas.

Acomoda su larga espada tras su espalda y guarda el papel en sus bolsillos, mientras ve a una infinidad de cazarrecompensas correr en busca del mismo objetivo.

—Es hora de la cacería. —suelta sonriendo de forma sádica al instante en que transforma en murciélago y se pierde por los aires.

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Sabor metálico puro

Su escape y amada libertad por fin era un hecho palpable.

El líder licántropo no puede sentirse más emocionado al saber que por fin podría separarse de las sombras.

Su constante cercanía hacia ellos es el peor de los karmas que le ha tocado vivir desde el inicio de su existencia. Y si bien, hace apenas unas semanas atrás imaginar estar a par con las sombras era algo que le generaba amplio repudio y rechazo, ahora mismo con su rostro molesto asume que lo respetaría.

Katsuki lleva la delantera una buena distancia en donde se encuentra actualmente el pecoso. Luego de una extensa carrera disfrutando de la brisa acariciar su pelaje cenizo, con sus enormes patas cesa su trote.

Si algo quería en ese momento, era estar lo más lejos posible de aquella sombra que había logrado doblegarlo a su gusto, aún si aquel sujeto insistía en que había sido sin intención de hacerlo.

No le importaba el porqué, las acciones habían sido más que suficientes para que una vez libre quisiera huir de él a como diera lugar.

Observa en ambas direcciones notando como se encuentra en lo más alto de una montaña. Sus pulmones inflan de vida en el instante en que regresa a su estado humanoide.

Llena sus pulmones lo más que puede en la cúspide de una montaña y exclama a los cuatro vientos con su cola contenta y manos extendidas. — ¡¡POR FIN SOY LIBRE!!

Tal y como Aizawa había mencionado, Bakugou Katsuki se había sentido como un perro enjaulado.

Los licántropos se caracterizan por guiarse por sus propios instintos, su intuición es la dominante y la libertad es lo que les guía a seguir viviendo. Para cuando deciden compartir su libertad con alguien más, eso significa que se entregan por completo, en cuerpo y alma.

— ¡Algo que no haré ni en mil millones de años! —exclama sonriendo extasiado con sus manos alzadas mientras observa la inmensidad de las montañas. — ¡Jamás! ¡Siempre seré un licántropo libre y sin dueño! —continúa como un desahogo frustrante después de todo lo que tuvo que pasar al verse afectado por el hechizo prohibido. Entonces inhala todo lo que puede una última vez dispuesto a sacar todo lo que lleva dentro.

— ¡¡SOMBRAS DE MIERDA!! ¡¡MALDITAS BASTARDAS!!

Bakugou Katsuki ya libre de palabras guardadas en su garganta, se lanza al césped con sus brazos extendidos y se queda ahí, largos minutos observando el pasar de las nubes.

Y sus ojos abren levemente un poco más, acabando de percatarse de algo. —Es cierto... Antes quién huía era él. —susurra recordando a Izuku Midoriya quien se empeñaba en no buscar problemas con él y solucionar las cosas de forma pacífica. —Y era yo quien insistía en pisotearlo. —agrega con su ceño tranquilo, mientras analiza los hechos. — ¿Por qué lo hacía?

Generalmente, cuando Bakugou Katsuki percibía a una sombra, sentía un asco profundo y procuraba alejarse de ellos, pues pensaba que no eran merecedores de siquiera compartir el mismo oxígeno que él.

Bienvenido a Leffitsing ¦KatsuDeku¦Where stories live. Discover now