Bienvenido a Leffitsing ¦KatsuDeku¦

Capítulo 23

Mis más sinceras disculpas por la tardanza, estuve con bloqueo creativo por meses y aunque intentara escribir no podía, estoy muy agradecida por poder estar de vuelta aquí de nuevo.

...
Mini resumen: Izuku nota a Uraraka un poco extraña en la biblioteca ante preguntas que le hizo en cuanto a la poción que ya bebió para tener éxito en su examen sombrío.

Ahora mismo, las sombras colaboran activamente con los vampiros, aunque los licantropos aún no lo saben.

Izuku ayuda a una brujita de la feria y se dirige al bosque brumoso en busca de ingredientes, es entonces que encuentra a su nieta, Shiozaki, quien vive adormilada producto de una maldición. Izuku la lleva hasta su abuela y regresa al bosque en busca de sus ingredientes, es entonces que se encuentra con Bakugou Katsuki y comienza su enfrentamiento, para cuando Izuku cree que ya está cazado, Tokoyami irrumpe y los separa.

Ante su actuar irresponsable, Izuku es castigado.

[...]

— ¡TODO POR CULPA DE ÉL! ¡ES SU CULPA! —exclama molesto, dando pisadas furiosas en el interior de su hogar mientras cerraba de un portazo. — ¡Para empezar, si no me hubiese comenzado a amenazar e interponerse en mi camino nada de esto hubiera pasado, yo solo estaba en busca de mis ingredientes! —añade pisando con fuerza en contra la madera y con sus manos convertidas en puños.

Y luego de horas de meditación, de su casa salió otro grito.

— ¡No, definitivamente no lo entiendo, es irracional! ¡Es un idiota y no me cae bien!

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Chamán

Sus pisadas furiosas se mantenían firmes y ya era el tercer árbol que caía a su pasar. Tercer árbol que lamentaba haber crecido por años con esfuerzo, soportando hasta las más despiadadas tormentas y las más grandes sequías y que ahora, fuese Katsuki Bakugou quien se cruzara sobre sus raíces, derribandolo...

Sus colmillos relucian al chocar en contra la luz solar y es que sus labios no podían dejar de lanzar grandes gruñidos evidentes y profundos, dejando incluso un malestar en su garganta debido a su constante trabajo con sus propias cuerdas.

De alguna manera ese renacuajo había conseguido exitosamente sacarlo de quicio, y no había cosa que le molestara más que aún tener ese estúpido pitido presente en sus orejas luego de que ese imbécil, inútil y llorón hubiese utilizado ese objeto chillón.

Katsuki Bakugou pensaba que era casi tan chillón como el inútil de su dueño, y le desesperaba.

Ese maldito pito rojo, ese maldito espectro miedoso.

— ¡IMBÉCIL! —exclamó pateando una piedra.

— ¡INÚTIL! —escupió rasgando una enorme telaraña firme y sedosa instalada en medio de dos grandes árboles.

Fue entonces que reunió aire en sus pulmones ensanchando su pecho como nunca antes. — ¡¡MALDITO BASTARDO LLORON!! —insistió esta vez generando un eco en todo el bosque brumoso.

Mas luego de caminar furioso quién sabe dónde y escuchando su propia respiración salir de manera exagerada de sus fosas nasales, hubo algo que le molestó aún más.

Detuvo su caminata aún sintiendo ese olor desagradable.

Tenso todos sus músculos y detenido en algún punto del bosque brumoso, Katsuki medita.