Capítulo 11

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|El comienzo de la misión sombría|

—Midoriya Izuku, aprobado.

La voz de Aizawa retumbó en aquel salón oscuro y lúgubre. 

Izuku Midoriya dejó de escribir sobre aquel papel que tenía tonalidades cafés y alzó sus esmeraldas al instante, con sorpresa. 

— ¿¡ES EN SERIO!? —exclamó levantándose de su pupitre. — ¿¡D-DE VERDAD, AIZAWA-SENSEI!? 

Una enorme sonrisa nació de él con notoria emoción, mientras los ojos oscuros chocaban en contra su silueta sin expresión alguna. 

Aizawa le miró con frialdad.

—Lamentablemente sí. —respondió, cruzándose de brazos. —Esperaba tenerte aquí durante una buena cantidad de horas y estrujarte como un paño de aseo, pero solo por esta vez te has librado.

Izuku tragó saliva al instante en que su mente procesó aquella información. 

Y observó con preocupación a su nuevo maestro.

A veces pensaba que era realmente preocupante.

Entonces recordaba que estaba en Leffitsing, en un mundo lleno de fantasía y que era una Sombra. 

Soltó un suspiro. 

¿A quién quería engañar?

Esto era el cielo a comparación con las cosas que le podían suceder. 

— ¡Bien hecho, Izuku-kun! —exclamó Hagakure a su lado. — ¡Eres muy inteligente! 

Izuku asintió sonriente. —Gracias, Hagakure-san. —respondió contento. 

Entonces desvió sus jades hacia un lado con vergüenza. 

Aunque no creo que me haya ido bien precisamente por ser inteligente...

Pensó al instante en que recordó aquella poción y aquel lugar en donde estudió sin descanso. 

Bueno, si Tokoyami-kun había sido quien le había guiado a eso, buenas razones tendría. 

Por ahora no lo pensaría demasiado. 

Y lanzó un enorme suspiro aliviado. 

—Me he librado al fin... —susurró, sentándose lentamente en su pupitre una vez más, recordando la larga noche que había tenido.

Tokoyami había estado enseñándole de manera constante sin detenerse un solo segundo para poder descansar.

Y había valido la pena sin duda alguna.

Ahora mismo tenía conocimientos de un sin número de conjuros e información esencial para poder sobrevivir. 

Sonrió contento y desvió sus jades por instinto hacia el bote de basura a su lado izquierdo para sacarle la punta a su lápiz. 

Entonces notó como unos ojos carmines no dejaban de mirarle. 

Algo así como si lo quisieran ver muerto. 

Tragó saliva y desvió sus jades hacia un lado nervioso. 

No quería tener problemas con Shigaraki-san. 

Pero aún si desvió su mirada y fingió que no había visto nada, aquella mirada permanecía sobre él de manera insistente. 

.
.
.

— ¿Entonces?

La voz de Tokoyami resonó en su interior por completo.

Sus párpados se abrieron de manera desorientada y sorprendida, girando su rostro pecoso con asombro hacia sus alrededores. 

Bienvenido a Leffitsing ¦KatsuDeku¦Where stories live. Discover now