Capítulo 21

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Entonces, ¿qué es lo que debería hacer? Pensaba a sus adentros.

Mas solo atinó a decir lo primero que se le vino a la mente ante aquella reacción. — ¿Disculpe? —soltó confuso, para entonces negar y extender su mano. —Bueno, no pasa nada, ¿podría devolverme mi canasta, por favor? —añadió tomándola del mango.

Y el licántropo en respuesta, enseñó sus colmillos dando un paso hacia adelante con firmeza, sin creer lo que acababa de escuchar.

— ¿¡Haaaah!?

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Primer enfrentamiento

— ¿No pasa nada? —repitió Bakugou encimándose sobre él y notando el cómo aquella sombra sin pedir ni siquiera permiso había tomado la canasta del mango. Chasqueó la lengua y presionó el mango con mayor intensidad. —Malas noticias para ti, bastardo, no planeo hacerlo, suéltala.

Izuku parpadeó para entonces inflar levemente sus mejillas y fruncir su ceño, intensificando el agarre de su mano y el mango de la canasta. — ¡Discúlpeme, pero esa canasta debo devolverla con todos los ingredientes que recolecté, usted no puede simplemente adueñarse de algo que no es suyo! —exclamó comenzando a hacer presión hacia él y dando un paso hacia adelante. — ¡Ya suéltela, es mía!

Katsuki soltó un gruñido de lobo intenso y sus colmillos relucieron en modo de amenaza, pero Izuku no cedió y continuó con su mano en el mango mirándolo con su ceño fruncido.

Entonces el licántropo gruñó con su voz ronca. — ¡Suéltala tú, ahora esta mierda es mía porque yo la encontré! —gruñó alzando su mano libre y acercándola a su rostro pecoso instantáneamente en modo de amenaza. —Ahora es de mi maldito territorio, pequeña mierda.

Izuku de alguna manera ya se había acostumbrado a las continuas amenazas del rubio y desde luego tenía miedo, pero el llevar esa canasta sana y salva hacia la ancianita era su prioridad, ¡debía ser valiente! ¡No se dejaría intimidar, no otra vez!

Fue por eso que con su mano izquierda golpeó la mano del rubio ceniza que se acercaba a su rostro para alejarla bruscamente. — ¡No puede ser suya, es de una anciana que necesita de sus ingredientes! ¡Ya entréguemela, la necesito! —exclamó ejerciendo fuerza llevándola hasta su pecho y por consecuencia, provocando que el brazo derecho de Katsuki también se moviera en dirección al pecho del pecoso.

Y enormes venas se marcaron en la sien del rubio, quien por un segundo se vio choqueado y humillado ante aquel golpe en su mano izquierda. — ¿¡TE ATREVES A DESAFIARME!? ¿¡QUIERES PELEAR, HAAAAAH!? —exclamó haciendo presión en el mango para esta vez jalar al pecoso junto con la canasta hacia él.

El peliverde rápidamente cogió la canasta con ambas manos y comenzó a forcejear, perdiendo la paciencia. — ¡¡NO QUIERO PELEAR, SOLO QUIERO MI CANASTA!!

— ¡¡NO, ES MÍA!! —exclamó Katsuki.

— ¡SÍ! —exclamó Izuku.

— ¡NO! —insistió Bakugou.

Fue entonces que ambos con sus ceños extremadamente fruncidos cogieron con sus dos manos el pobre mango de la canasta y dieron un paso hacia atrás, generando el máximo impulso que sus fuerzas le permitían hacer.

¡¡¡YA SUELTALAAAAAAA!!! —exclamaron ambos al unísono haciendo fuerza hacia las direcciones contrarias.

Y, de un segundo a otro, el mango de la pequeña canastita de mimbre había quedado hecho añicos. Y la mirada esmeralda como la granate parpadearon y se cruzaron con furia como también sorpresa instantánea ante ello.

Bienvenido a Leffitsing ¦KatsuDeku¦Where stories live. Discover now