La Espada de Madera

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-Lleva días en King's Landing, comiendo en nuestra mesa, reuniéndose contigo, me parece el colmo.

-Alicent, tranquila. - hablo Otto. - solo está repartiendo alimentos.

-Dejas que esa bastarda tome lugar. - dijo Alicent, Otto seguía anotando algunas cosas en su libro.

-Los hijos de Rhaenyra son bastardos y toman lugar de príncipes.

-Y esta es hija de Daemon Targaryen... ¿Qué pretendes?

-No se de que hablas. - dijo ignorandola, Alicent aprieta los labios.

-Te gusta la hija de Daemon, quieres desquitarte. - Otto alzó su vista, se recargó en la silla.

-¿Tendría algo de malo? - dijo.

-Según me han dicho es una atrevida, Sir Criston dice que se la pasa coqueteando con Aemond y Aegon, seguramente contigo lo hace, ¿Verdad?

-No me has dicho que tiene de malo.

-Lo malo es que me parece que le das mucha importancia.

-Ella es solo una imagen que el pueblo a adoptado.

-¿Y que planeas?, ¿Casarte?

-Lo he considerado. - dijo bebiendo su taza de café, descomponiendo el rostro de Alicent.

-¿Hablas enserio?, ¿Casarte con esa niña bastarda?

-Es bastarda, pero Daemon la ha legitimado, es bastante educada a pesar de no tener una educación formal, da una imagen nueva de la  corona, continuando con el legado pacífico del rey Viserys, si te tomarás el tiempo de escuchar un poco, te darías cuenta que no es una mujer hueca... Sin contar que, es hermosa.

-Es una venganza, ¿Verdad?, Por lo que se decía de mi y Daemon.

-Podria ser, pero genuinamente creo que tiene algo de utilidad, una que los Negros no han visto.

-¿A qué te refieres?, ¿Qué tiene de útil?

-El pueblo la quiere, los lores de poniente están encantados con ella, le regalan cosas, la invitan a sus casas, ella debe hacer su caridad a nombre de Aegon, no de Rhaenyra, debe expandir ella su nombre para que los lores no piensen que le deben algo a Rhaenyra.

-Obviamente Rhaenyra ve eso, si no, no la mandaría a coquetear con todos los lores de poniente.

-Legitimarla es un arma de guerra, seguramente planean casarla con algún Lord a cambio de una alianza, tiene que estar de este lado, para que no puedan usarla.

-Y tu encantado se sacrificarte, ¿No? - dijo Alicent.

-Tambien según sé Aemond y Aegon están maravillados con ella. - Alicent lo miró mal. - Pero Aegon está casado, Aemond sería una opción, pero podemos buscar mejores alianzas con él. Y me parece que después de años de servir a la corona y de las humillaciones que Daemon Targaryen ha hecho a mi y a mi casa, me merezco completamente a su hija para mí.








-¡En guardia! - dijo empuñando una espada de madera, jugaba con los niños del orfanato. Llegó temprano, desayunó con ellos, trajo una cantidad exagerada de panques de chocolate.

Sir Flavius y Sir Jeremy  jugaban también con los niños y les enseñaban a usar la espada, se estaba divirtiendo mucho y solo se escuchaban risas y gritos alegres del orfanato más grande de King's Landing.

Cuando tuvo que irse los niños la siguieron hasta la fortaleza roja, la reina Alicent se asomó por la ventana, mirando a la princesa Alysanne abrazando y despidiéndose de los niños.

La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora