La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN

Sangre De Mi Sangre

Alysanne se fue de King's Landing temprano, se quedó dormida sobre Vermithor mientras volaban, despertó por el rugido del dragón.

-Estoy despierta, estoy despierta. - Vermithor aterrizó afuera del castillo, bajó de su dragón.

Entró al castillo por la parte de atrás, encontrándose a Luke y a Jace entrenando con su padre, el principe Daemon les daba sus lecciones, ella los miro sonriendo, y empezó a preguntarse cómo hubiera sido su vida si su padre y ella se hubieran encontrado antes, si su tío la hubiera traído con el... No hubiera vivido tanta mierda... Quizás podría parecerse más a Baela y Rhaena, ser una dama común.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de las espadas, los miró entrenando entre ellos,  sonrió al ver a Luke defenderse de Jace y lograr desarmarlo, se levantó y aplaudió llamando la atención de los tres.

-¡Aly! - Luke corrió hacia ella, abrió los brazos para recibirlo y lo abrazó con ternura.

-Hola, pajarito. - sonrió abrazándolo, se separan y le revuelve el cabello. - Mira, creciste.

-Un poco - sonrió. Jace también se acerca a saludarla.

-Lady Alysanne. - le sonrió, Alysanne le abre los brazos.

-Vamos, ven acá mi hermano. - le dió un fuerte abrazo.

-Es bueno verte, Aly. - le dijo Jace separándose.

Alysanne sonrió y miró a su padre, bajo levemente la cabeza en reverencia. - Padre.

-¿Para mí no hay abrazo? - Alysanne sonrió y se acercó a él, abrazándolo, el la rodeó con sus brazos con una sonrisa. - Llevas semanas fuera.

-Lo siento, mucho trabajo.

-Al menos manda cuervos más seguido. - la abrazaba, era algo raro ver a Daemon tan cariñoso, genuinamente había extrañado a la princesa Alysanne.

-Si... Tengo cosas que contarte...
-Vamos a desayunar juntos entonces. - dijo al separarse. - Chicos, es todo por hoy, vayan con el maestre a sus clases. Iré con Alysanne a la cocina.

-Luego hablamos. - les dice y camina junto a Daemon hasta la cocina, ordenan que sirvan el desayuno en una terraza.

Finalmente estaban sentados, los dos a solas, mirando hacia el mar azul, en aquella nublada mañana.

-¿Y Rhaenyra? - preguntó Alysanne.

-Debe estar desayunando en la alcoba o con los niños.

-Mmm... - dijo ella, su padre la observó.

-Escuche que fuiste a King's Landing.

-Si, estuve ahí dos semanas... - dijo mirándolo. - soy una celebridad. - dijo con una sonrisita y miró el mar. - me agrada mi tío... Pero está muy enfermo... Solo una noche pudo sentarse en la mesa, ha estado en cama mucho tiempo.

-Si, también se de eso... Los Higtwoter, ¿Cómo te tratan ellos?

-A la reina no le agrado, lógicamente... Pero, a Otto si. - Daemon volteó a verla serio.

-¿A qué te refieres? - dijo mirándola.

-A lo que piensas. - dijo mirándolo. - Me invita a sus reuniones, ha estado dando donativos a los pobres a nombre de la corona, un tipo amable... O más bien esa es la impresión que quiere darme... Le gusto.

Daemon tenía un semblante serio, no le agradaba Otto Higtwoter, era una maldita serpiente infiltrada en la cueva de dragones, esparciendo veneno.

-Esta comiendo de mi mano. - dice Alysanne. - Pero creo que no se da cuenta.

-Te está dando por tu lado para tenerte... Espero que tengas claro que ese hombre no es para ti. - Alysanne tomó su copa de jugo de moras.

-El unico anciano que quiero montar es a Vermithor... Otto está embobado conmigo y a mí me conviene por los donativos.

-No lo creo, quiere usarte.

-Si quisiera usarme y fuera un plan, Alicent estaría de su lado, siendo agradable conmigo, pero no, me rechaza en cada oportunidad que tiene. Para creerlo y entenderlo tendrias que ver cómo me mira... Centrado en cada movimiento que hago y cada palabra que digo... Alicent lo nota y odia eso... - lo ve - Quizás solo quiere desquitarse de ti.

-¿Por qué lo haría?

-Las paredes hablan, los maestres cuando sonríes y eres agradable dicen cosas... Los bufones hablan con solo un vaso de vino... Se qué no le agradas, que tuvieron problemas... - lo ve. - Su interés no es solo por mi, es por ti.

-Pues no va a tenerte. - dice serio. - No vuelves a pisar King's Landing.

-Claro que seguiré pisando King's Landing, debo aprovechar lo que pueda la atención para alentar al pueblo.

-A la mierda el pueblo, no le voy a dar la oportunidad de tenerte. - se pone de pie.

-No te preocupes por eso, no me tendrá. Es muy político como para violarme... Y si lo intentará, tengo guardianes fieles.

-Guardias de la fortaleza roja.

-Sir Flavius me acompaña en King's Landing, y me asignó un guardia, se llama Sir Jeremy, es leal, noble y hemos conectado, aparte siempre tengo una daga en algún lado... No me hará daño, y no le tengo miedo.

Daemon la miró atento, le agradaba el coraje de su hija, pero no confiaba en Otto Higtwoter.

-En lugar de hacer corajes, piensa en como usar eso a tu favor. - come.

Daemon siguió comiendo en silencio, mirando de vez en cuando a la princesa, estaba orgulloso de ella.
Era diferente a Baela y a Rhaena, a sus hijas las conocía, con Alysanne aún existía un velo, si bien había memorizado su rostro, su caminar y sabía sus habilidades, como la espada, no sentia conocerla, un misterio entre ambos...

Nunca quiso preguntar mucho de su pasado, quería saber, pero le daban miedo las respuestas, por las pocas descripciones que dió, se notaba que era un infierno, y que la joven estaba rota, eso solo alimentaba la culpa que sentía por no haber estado para ella en el momento que lo necesitaba.

Sangre de mi Sangre... No quiero que nada te lastime.

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