La Tormenta

3.1K 481 166
                                    

Cuatro días después de la muerte del Principe Lucerys Velaryon.







Rhaenyra intentaba escuchar los planes de la mesa del Consejo Negro, que tenían toda una estrategia ya calculada o al menos eso entendía. Su mente estaba dispersa e ida después de la muerte de Lucerys.

Daemon miraba a su mujer de reojo mientras los señores hablaban, del otro lado de la mesa estaba Alysanne fingiendo poner atención o haciendo el esfuerzo. Daemon no quería molestar a su hija, la cual había llegado hace dos días, en cuanto le dieron la noticia de la muerte de su hermano se quebró, su padre no esperaba verla ahora en la mesa de la reunión, parecía ansiosa por participar pero distraída.

Alysanne tenía la piel pálida, los ojos rojos de tanto llanto al igual que la cara hinchada, su pelo revuelto y la mirada perdida.

El Rey Consorte analizaba todo mientras Rhaenyra y Alysanne estaban en sus propios mundos, Alysanne se mordía las uñas viendo la mesa.

-Tenemos el apoyo de los Arryn, los Tully y los Greyjoy... - comentó el maestre. - ¿Y Dorne?

-Alyssane. - dijo Daemon. - ¿Cómo te fue en Dorne?... - hubo un silencio, la joven no respondía, miraba al venado del tablero mientras se mordía las uñas, sus dedos no tenían ningún anillo, ni su zafiro ni el anillo Targaryen. - Alysanne. - volvió a llamarla Daemon y por fin, Alysanne volteó a verlo. - ¿Conseguiste a Dorne? - la joven dejó su mano y se lamió los labios negando con la cabeza, Daemon hizo una mueca. -¿Por qué?, ¿Se negaron al matrimonio? - Alysanne volvió a negar y se sentó más derecha.

-N-no llegué a Dorne, pa-padre. - los hombres de la mesa la miraron, rara vez Alysanne tartamudeaba.

-¿Cómo que no?, ¿A dónde fuiste?

-Conseguí la lealtad de los Tarth... - dijo ella y Daemon alzó la ceja.

-¿Los Tarth?... Son una casa buena pero pequeña comparada con Dorne. - Daemon miraba a su hija. - ¿Qué pasó, Alysanne? - dijo ya con preocupación. - Alysanne...

-No fuí a Dorne porque... Porque no podía ofrecer mi mano, con esa gente siempre tienes que llegar con algo que ofrecer...

-¿De qué estás hablando? - Alysanne tomó un respiró antes de alzar la mirada a su padre.

-Me casé con Aemond Targaryen, padre.

Rhaenyra alzó su mirada hacia ella, los labios de la chica temblaron y los apretó.

-¿Qué? - murmuró Daemon.

-Me he casado con Aemond... Soy su mujer.

-¿Cuándo hiciste eso?... - Daemon la miraba furioso. - ¡¿Por qué?!

-Por amor... - murmuró Alysanne. Rhaenyra se levantó acercándose a ella, Alysanne se sintió pequeña al estar frente a la Reina, como cuando era niña.

-Te casaste con el asesino de Lucerys... - dijo mirándola, se acercó a ella y la tomó de los hombros con violencia. - ¡¿Cómo pudiste?!

-Lo siento, Rhaenyra... - murmuró Alysanne mirándola, la Reina le dió una bofetada.

-¿Cuándo pasó? - Rhaenyra soltaba lágrimas furiosa. - ¡¿Te casaste con él antes o después de que matará a mi hijo?!, ¡¿Lo viste hacerlo?!... ¡Contestame! - Alysanne voltea a verla.

-Me casé antes... Y yo ví cuando pasó... - murmuró. - Fué un accidente, Rhaenyra... Vaghar... Aemond perdió el control de Vaghar... Yo los ví.

-Claro ... Seguramente fué un accidente. - la voz de la Reina estaba llena de rencor. - Ese hombre odiaba a mi hijo.

La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora