La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN

El Desconocido

Aegon despertó en un carruaje, recordaba levemente que anoche le dió fiebre, se sentía cansado, con el cuerpo paralizado, siente un paño húmedo en la frente y de pronto alguien que se lo quita.

Nota a una mujer a su lado, tiene el pelo rubio, casi llegando al castaño, era muy hermosa, la mujer exprimió el paño.

-¿Dónde estoy?... - Murmuró preguntando.

-Camino a King's Landing. - respondió la joven, Aegon quería sentarse pero no podía.

-¿Me dieron leche de amapola?

-Con otras hierbas, mi príncipe.

-Mmm... - miró a la chica, se asomó por la ventana y vio que estaba oscuro.

-No me recuerda, ¿Verdad?

-No... - volvió a verla.

-Me llamo Jocey, soy la nana del Principe Lucien.

-Ah... No la conocía. - dijo Aegon cerrando los ojos para descansar.

-Si nos conocemos... Me conoce muy bien. - Aegon volvió a abrir los ojos. - usted me compró una vez, hace años... Yo era una niña... - el odio se le reflejaba en la mirada, Aegon tragó saliva.

-Se que era un monstruo... - Murmuró.

-Me han dicho que cambió... Algo he oído... - Jocey se levantó. - Pero ni yo, ni nadie va a comprobarlo. - Tomó la almohada y se la puso en la cara.

Aegon intentó quitarla de encima pero con su brazo logró terminarlo de asfixiar con la almohada hasta que no lo sintió moverse. Jocey se asomó por la ventana, Ser Theo iba en su caballo, ambos se sonrieron.

-¡¿Dónde está mi hijo?! - bramaba la Reina Roja furiosa.

-Majestad, vuelva a la cama, por favor. - la preocupación y el coraje se incrementaba con cada hora que pasaba ese día, ya era de madrugada, el estrés la hizo entrar en labor de parto, lo que le impidió salir del castillo a buscar a su hijo.

-¿Ya buscaron entre los niños del pueblo? - preguntó recargandose en una pared, respiraba profundo, una capa de sudor corría por su cuerpo.

-Ya, majestad, seguimos buscando. - le hablaba el maestre Myle tratando de calmarla. - Bala no está en el Pozo, deben estar juntos, Broke y Ser Theo no están, seguro fueron con él.  Y su padre ya lo está buscando.  - Alysanne se recargaba en sus propias rodillas. - Majestad, acuéstese, su bebé ya está por llegar.

Aemond la observaba desde la puerta preocupado por ella y por Lucien, Alysanne solloza de dolor pero se sigue negando a entrar en la cama. 

Se tomó el atrevimiento de acercarse a ella y la sostuvo cuando estuvo a punto de caer.

-Se que estás preocupada pero debes escuchar al maestre, te hará daño si sigues igual de terca. - Alysanne tomó su brazo y volvió a gruñir de dolor clavándole las uñas.

La puerta se abrió de pronto, a la habitación entro Ser Theo con Lucien al lado, el cual traía la corona de Viserys Targaryen y un ramo de flores silvestres, se acercó a su mamá.

-Hola, mami, mira, te traje esto. - le enseñaba sus regalos y la ve. -  Te ves terrible.

-¡Lucien! - lo abraza al verlo, la corona cae al suelo mientras lo abraza con fuerza, toca su cabeza. - Estás bien...

-Si, estoy bien, pero tú parece que no. - el niño se separó de ella.

-Maestre... Prepárame para el parto. - ordenó la Reina, las sirvientas se movilizaron, Alysanne miró a Ser Theo y a Broke. - Ustedes me deben una explicación. - dijo con rabia, pero una nueva contracción hizo flaquear sus piernas.