Ceniza, Huevo y Sangre

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Otto miraba a su nieto a la distancia pensativo, el Targaryen iba saliendo nada discreto de la Fortaleza Roja con Alys Rivers al lado.

Quizás las sugerencias de Larys Strong habían ido demasiado lejos.

Aemond estaba más pálido de lo normal, entrenaba aún pero era más torpe, y su mirada tenía una sensación perturbadora cuando lo intentabas ver a los ojos.

El sol brillaba mientras paseaba aquel principe Targaryen junto a la bella mujer que tenía de amante, a la cual abrazó desde atrás acariciando su vientre ligeramente abultado. 

La noticia de su embarazo solo hizo que el hechizo de amor entre ambos fuera más fuerte.

Alys sonreía ante su amoroso y tierno amante, la cual la tomó de la mano y salieron de la Fortaleza Roja con capuchas grises, se dirigieron hacia el pueblo.

-¿A dónde me llevas? - cuestionó Alys cuando la llevó por un pasillo.

-¿Qué no recuerdas?  - dijo Aemond, Alys frunció el ceño.

Llegaron a la casita en medio de un barrio pobre de King's Landing, la casita de flores azuladas azuladas dónde Alysanne y Aemond salian pasar el tiempo y vivir su amor de manera un poco más libre. Alys la miró con curiosidad.

-¿La llave? - preguntó Aemond mirándola. Alyssane cargaba la llave siempre en su cuello o entre su ropa.

-Ammm... La olvide... - dijo la chica, Aemond forzó la chapa y pudo abrirla.

Alys dió un paso adentro pero la energía la golpeó en la cara, escuchaba voces murmurar, miró alrededor, una mujer en la esquina vestida de negro que la miraba con repulsión.

Aemond entró, el no veía nada en el rincón.

-¿Estás bien? - dijo mirando a Alys que se quedó en la puerta. - Aly...

-Vamonos de aquí... - Murmuró. - No quiero entrar...

-¿Por qué no?... - dijo Aemond algo confundido por su actitud.

Aquella casa la repudiaba, podía sentirlo ... Estaba llena de toda la escencia original de Alysanne y Aemond y todos sus fantasmas la miraban desde diversos lugares,  podía ver al fantasma de Talitha, pálido, vestido negro, con ojos rojos mirándola con odio puro.

Al otro lado, junto a la chimenea, veía un hombre sentado, alto, de pelo castaño, con la silueta de una herida en el pecho, como si le hubiera clavado una espada.

Y sobre la mesa se asomó una creatura asquerosa, con forma humana y alas de dragón que podía gruñir, sintió su vientre agitarse y salió corriendo dejando solo a Aemond.

-¡Alyssane! - gritó el Principe, salió detrás de ella, siguiéndola por el pasillo pero la fué perdiendo.

Caminó por las calles de King's Landing preocupado, su amante (aunque en su cabeza era su esposa), sola, embarazada por King's Landing no era algo seguro.

Siguió su camino hasta que un callejón llamó su atención, había mucha gente, ancianos y niños con una vela encendida, los pobres estaban reunidos rezando en aquel callejón.

Siguió su camino, otra calle repleta de pobres con velas rezando, solo se escuchaban los murmullos de la oración.

Otra calle y otra, los pobres rezaban.

La Calle de Seda tenía velas en las ventanas y había algunos mendigos con velas en silencio.

Su sorpresa y confusión aumentó cuando llegó al pequeño teatro, estaba con telones rojos y vacío su escenario, pero en el público había gente con velas, rezando.

La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN Место, где живут истории. Откройте их для себя