CAPÍTULO 28

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CAPÍTULO 28

¡MIREN CÓMO LO MUERDO!

—Hiss ¡Duele! – Al instante se arrepintió de haberse pellizcado demasiado fuerte.

Mientras se frotaba el brazo, se sentó en el fondo de la botella de vidrio y miró a su alrededor. El fondo de la botella estaba aproximadamente asentado a medio metro de profundidad, lo que era demasiado.

La hierba cubierta de rocío rodeaba la botella y cerca de su brazo había dos o tres pequeñas flores blancas que parecían margaritas, cuyos largos tallos se balanceaban suavemente con la brisa.

No muy lejos se podían ver dos o tres árboles rectos y muy altos con hojas verdes y brillantes meciéndose en el cielo azul, e incluso las nubes blancas salpicadas entre ellas todas en grupos como algodón recién recogido, lucían especialmente encantadoras.

He Xile pensó para sí mismo —Hace un buen día, y la vista desde este ángulo es estupenda... pero habría sido mejor si no estuviera en una botella.

Después de estirar su cuerpo entumecido, He Xile se levantó e intentó alcanzar la boca de la botella, pero era tan grande que incluso cuando saltó, no pudo siquiera rozarla con las manos.

Volvió a intentarlo, pero como pensaba, la botella estaba demasiado grande y sus esfuerzos eran en vano.

—¡Maldita sea! ¿Cómo es que pasó esto?

Se dio por vencido y volvió a sentarse en la botella de cristal. Pensando para sí mismo —¿Quién iba a pensar, que cuando los guardias estaban enterrando las botellas, sería él quien terminaría en una de ellas?

Al no poder escapar por su cuenta, He Xile no tuvo más remedio que recurrir a los guardias.

Marcó videollamada — Qué extraño – murmuró frunciendo el ceño.

Todas las noches, los guardias estaban en la puerta de su habitación, por lo que se preguntaba quién había entrado en la habitación, cómo logró burlar a los guardias y cómo diablos lo metieron ahí, ¿cuál era el propósito de esa persona?

Después de atender al llamado, estaba claro que el guardia que respondió tenía esas mismas preguntas.

Este se sorprendió ligeramente cuando miró que el humano se encontraba atrapado en la botella —Su Excelencia, la puerta de la habitación no estaba abierta, así que cómo llegó... –A mitad de su frase, el guardia se dio cuenta de que preguntar por qué y cómo se había ido He Xile no era su prioridad ahora. Lo que tenía que hacer era sacarlo de inmediato de ese lugar. El guardia cambió inmediatamente sus palabras —Por favor, no se preocupe, llamaré a los demás e iré con usted ahora – He Xile asintió — Por favor, no tenga miedo.

He Xile se apoyó en la pared de cristal y dijo tranquilamente —Es de día, no tengo miedo.

El paisaje era muy hermoso a donde mirara. El cielo azul, nubes blancas y hierba verde, ¿qué de eso podría asustarlo? Esto estaba muy lejos de lo que había vivido ayer en el evento de StarNet, cuando fue llevado a las profundidades del mar, fuera de la civilización y con un gran pulpo frente a él.

Los dos hombres no colgaron la videollamada y siguieron charlando. Desde el lado de He Xile, se pudo ver claramente cómo los guardias se pusieron en contacto con la gente y los llevaron a la botella de vidrio.

En un instante un grupo de guardias rodeó la botella.

He Xile fue mirado de inmediato por numerosos pares de ojos preocupados y se sonrojó un poco al verse envuelto en tan bochornosa situación. Afortunadamente, los guardias se pusieron rápidamente manos a la obra, sacando la botella de la tierra e inclinándola con cuidado para que el pequeño humano pudiera salir.

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora