CAPÍTULO 160

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CAPÍTULO 160:

¿QUÉ TAN INAPROPIADO ES ESTO?



¿Escoria?

Esto no puede ser.

De hecho, He Xile tenía sueño, pero después de escuchar las palabras de Wen Jiyu, sintió que no podía dejar como que "todos los humanos son unas escorias", de lo contrario, sentiría demasiada lástima por la humanidad, por lo que tuvo que obligarse a levantarse y ayudar a Wen Jiyu de manera amorosa.

Con los ojos muy abiertos, He Xile no pudo evitar quedarse sin palabras mirando.

Aunque la gente de Hexina está realmente bien dotada en esta área.

Ya son gigantes en tamaño, por lo que, naturalmente, todo en ellos es grande.

Lo más increíble es que la resistencia de Su Majestad es muy fuerte.

El miembro de Wen Jiyu estaba firme ante él, tan grande como un antebrazo, grueso, con venas resaltadas y un hermoso glande rojizo que expulsaba de su abertura líquido transparente dándole un aspecto brilloso e hipnotizante.

He Xile no pudo evitar lamerse sus labios. Lucía apetitoso.

Sabiendo que la tarea no sería fácil, se puso a horcajadas sobre Wen Jiyu, apoyando su trasero en los muslos del mayor. Posó ambas manos alrededor del pene monstruoso y comenzó con un movimiento que subía y bajaba por toda su longitud.

El zumbido de la boca y resoplido de la nariz de Su Majestad le hizo saber que lo que hacía le estaba gustando. Animado por ello, continuó acariciando, sintiendo las venas y pulsaciones cada que apretaba un poco más.

Después de un rato, He Xil estaba tan cansado que le dolían las muñecas y finalmente se desplomó sobre Wen Jiyu, diciendo que no podía seguir ayudándolo.

Sin más cerró los ojos y se quedó dormido, demostrando con el ejemplo lo que es "dormir en segundos".

Su Majestad enarcó las cejas pero no volvió a despertar a la persona.

Sus dedos rozaron suavemente el cabello de He Xile y susurró un "Buenas noches".

He Xile ya estaba dormido y no pudo escuchar las palabras de Su Majestad en absoluto.

Parecía que estaba un poco incómodo debido a su postura para dormir, murmuró algo vagamente, hundió la cabeza en los brazos de Wen Jiyu, la frotó con fuerza, luego se dio la vuelta y se acostó en la cama para dormir, con el rostro vuelto hacia un lado, dejándole ver al otro, solamente la parte trasera de su cabeza.

De repente, un resoplido frío sonó en la habitación.

Después de unos segundos, Wen Jiyu giró a He Xile. Levantó la pijama del pequeño enrollándola hasta dejar su blanco pecho al descubierto, en donde dos preciosos botones rosados habían brotado para saludarlo.

Wen Jiyu pasó su mano derecha sobre la tierna piel hasta presionar con sus dedos los pezones de He Xile, quien entre sueños solo pudo murmurar incoherencias. Mientras hacía esto, con la izquierda comenzó a bombear su miembro sin perder de vista a su tierno amante que yacía recostado con un lindo rubor en sus mejillas.

No le costó mucho llegar a termino cuando He Xile dejó escapar un gemido cuando Wen Jiyu pellizcó sus pezones.

En un instante el miembro de Su Majestad convulsionó y un chorro de semen lechoso y caliente cubrió el pecho del pequeño humano.

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIOWhere stories live. Discover now