CAPÍTULO 30

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CAPÍTULO 30

¡ESPERA! NO ENTRES EN PÁNICO

Debido a que era el último día del Festival de las Olas y aunque ya era hora de irse a la cama, He Xile seguía sin desconectarse.

En StarNet, una gran multitud de personas permanecía en la playa. Nadie parecía aburrido en absoluto, sino que la cara de todos estaba llena de alegría.

—¡Feliz Día de las Olas!

—¡Felicidades para ti también!

—¡Ahhhh, los fuegos artificiales están por comenzar! Estoy muy emocionada.

He Xile se esforzó por sacar la cabeza de una gran cola esponjosa —Perdón, lo siento – Dijo mientras avanzaba entre las innumerables piernas.

Al principio le parecía una mala idea moverse entre tanta gente, pero ahora, tras una semana de actividades en el Festival de las Olas, se había acostumbrado.

Los terrícolas eran tan pequeños comparados con los habitantes de Hexina que, si estuvieran detrás de ellos, no podrían ver nada.

¡Boom! Se oyó un fuerte estruendo y los fuegos artificiales se dispararon. Casi instantáneamente, hermosos colores estallaron en el cielo.

—¡Aaah!

—¡Es tan hermoso!

La multitud alzó inmediatamente la voz.

He Xile seguía luchando, y al oírlo, se apresuró a levantar la cabeza mirando en dirección a la fuente del sonido, pero sólo pudo ver la parte trasera de numerosas cabezas. El sonido de los excitados vítores de la multitud era ensordecedor y estaba claro por el sonido que los fuegos artificiales hacían, que debían ser hermosos.

He Xile estaba deprimido. Por primera vez, se avergonzó de ser demasiado bajo.

El sonido de los fuegos artificiales continuó. He Xile tenía tantas ganas de verlos que no pudo resistirse a saltar dos veces hacia arriba.

Antes de que sus pies tocaran el suelo, alguien le agarró por las axilas y la visión de He Xile se elevó completamente hacia arriba e inmediatamente vio estallar un fuego artificial de un color naranja brillante, al otro lado del mar.

—¡Aaah! – He Xile soltó un pequeño grito. No pudo evitar darse la vuelta un poco asustado.

Un sujeto al que nunca había visto antes le sonreía —Ahora sí ya puedes verlo, ¿verdad?

—... S-sí –He Xile respondió por inercia, pero su rostro ardía de vergüenza.

No pudo evitar forcejear un poco, pero el hombre no soltó a He Xile, sino que sujetó al humano con una mano y le dijo —No te preocupes, me "masturbo" a menudo, por lo que tu peso no es nada para mí – le palmeó el pecho con la mano libre y comentó — Eres muy ligero.

He Xile parpadeó —¿Acaso el traductor de la terminal conocía el significado de "masturbar"? Si esto estuviera en la Tierra, ¿no sería más difícil aprobar mis exámenes de inglés? - Divagó

En fin, no quería defraudar la amabilidad del desconocido, además él se vería beneficiado, así que dejó de darle vueltas al asunto y agradeció con sinceridad —Gracias.

El hombre se rio alegremente —Jajajaja, de nada, suelo ayudar a los bajitos cuando los veo, no eres la primera persona a la que ayudo y seguro que no serás la última – observó a He Xile y añadió: —Sin embargo, es la primera vez que veo a alguien tan chiquito.

He Xiluo: "......"

—¡Maldita sea! ¡tampoco tienes que decir el resto de la frase! – gritó haciendo berrinche en su interior.

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora