◍ 35 ◍

1.3K 224 79
                                    

Debía irse de ese barco, de Gwangyang, de Jeolla. Si seguía siendo listo, lo haría. Ya. De prisa. Antes de ablandarse. Antes de observarlo y recordarse a sí mismo que dejaron un millón de besos pendientes. Antes de…

Entonces localizó una estantería con libros y se encaminó hacia ella. Eran su perdición, avistaba un ejemplar y experimentaba la creciente necesidad de saber el título. Rara vez lograba reprimirse, incluso cuando su pobre cuello sufría el riesgo de partirse en el bus o el metro. El pellizco de reconocer una portada, de leer disimuladamente párrafos sueltos de las novelas con las tapas forradas y la sonrisa tonta de satisfacción al comprobar que el contenido le era familiar, que esa historia él también la había vivido. El poder que convertía a dos desconocidos en cómplices; el nexo invisible, el hilo rojo de los lectores.

Por no mencionar la velocidad a la que sacaba el móvil para tomar una foto a escondidas al encontrar el sello de Soohae, enviarle la imagen y que su madre respondiera con muchos emoticones; aplausos, el dólar, el ícono de una mujer y un cuchillo asesinándola. Muy de escritora de thriller.

Paseó la yema del dedo por los lomos. Moby Dick, Historia de una ballena blanca, Veinte mil leguas de viaje submarino y Cinco historias del mar. Apuntó el último, el de Josep Pla, en su infinita lista de pendientes. Las preferencias temáticas de Jungkook estaban bien definidas, a excepción de El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez, repleta de notas adhesivas y frases subrayadas.

«—¿Por qué te gusta tanto, si sabes que nunca van a poder estar juntos?

—¿Para qué respiras, si sabes que algún día vas a morir?».

Taehyung cayó en la cuenta de algo.

—¿Empezaste Biología Marina? —pronunció, girándose, al escuchar que salía de la habitación.

—No me he movido de Gwangyang.

—Esa no es la pregunta. Hay cursos a distancia.

—Trabajo de camarero.

—Puedes tener el título y trabajar de otra cosa.

Jungkook se apoyó despreocupado contra la encimera. Llevaba unos jeans rotos y descoloridos, camiseta fina de manga larga gris y tenía el cabello totalmente revuelto húmedo. Estaba arrebatador, más adulto y atractivo, tanto que lo perturbaba, y no podía permitirse ninguna distracción con el tema que estaba a punto de colocar sobre la mesa.

—No empecé Biología Marina —Hundió la mano en el bolsillo y se escuchó el sonido del plástico del paquete de tabaco arrugado entre sus dedos.

—Vaya —balbuceó con el ceño fruncido—, lo tenías tan claro…

—Las circunstancias cambiaron —Sonó cortante. Bastante, de hecho. Marcando unas distancias que no debía franquear. Territorio vetado.

Sin embargo, una parte de Taehyung no podía dejarlo pasar y tiraba muy fuerte. Hasta entonces todo había girado alrededor de un verano, Namjoon, Seokjin y Yoongi muertos en un accidente de tráfico, una mentira y su ruptura, pero ¿qué había sido de él? ¿A cuántas cosas había renunciado sistemáticamente? ¿En qué momento había empezado a desprenderse de fragmentos y se había tornado un cascarón vacío? ¿Había ocurrido al asomarse a aquel barranco que olía a llanta quemada? ¿Lo había ido perdiendo en los abrazos nocturnos? ¿Tendría que haberlo apretado más al sentir sus temblores contra las costillas?

Se preocupó. Lo preocupó.

Y nada tenía que ver con la conquista de un título sino con la ligera sospecha de que la persona que tenía enfrente miraba el mar, sí, pero ya no lo veía, al menos con los mismos ojos. Conocía gente que había terminado el grado de sus sueños y encontraba su lugar en otro lado, haciendo algo diferente. O que lo dejaba a medias. O, como Hoseok, que mantenía que «todavía no sabía qué quería ser de mayor y estaba improvisando». Pero nadie que hablara con la convicción de lo que le deparaba el futuro como un día lo había hecho Jeon Jungkook; tanto que había sido imposible no envidiarlo un poquito, porque no solo planteaba la meta, también el camino, y en su voz ambas cosas parecían apasionantes. Te invitaban a desear acompañarlo.

That Summer ❀ KooktaeWhere stories live. Discover now