◍ 40 ◍

1.6K 236 95
                                    

Eunhye había logrado entrar en la falda abullonada roja comprada exclusivamente para la boda de un amigo de Jaewook en Jinju, sí, la misma que llevaba tres años hibernando en el armario. Y no solo eso. También había logrado la proeza de conseguir subir la cremallera sin tener que sumir el vientre. Era la clase de hazaña que la ponía de buen humor.

Podía sonar estúpido, pero se sentía femenina, guapa e invencible. Había combinado el conjunto con una suave camisa negra que dejaba uno de sus hombros al descubierto y un cinturón fino de laurel dorado como sus zapatos… Los preciosos zapatos de tacón alto con los que acababa de pisar la reina de las mierdas grandes y apestosas de todas las dulces vacas del pueblo. Le sobrevino una arcada tratando de deshacerse de la suciedad restregando el pie en la arena del camino, el césped de los laterales y las rocas que sobresalían.

—Has herido mis sentimientos, Jungkook —La mujer lo acusó con el dedo y él se cruzó de brazos.

—Dime qué expectativas no he cumplido y vemos cómo solucionarlo.

—En mi mente, «ponte el vestido más bonito que tengas» equivale a velas, vino blanco y pescado al horno. Toma nota.

—Acabas de describir una cita, y yo soy tu hijo.

—¿Y quién dice que no pueda tener una cita con mi hijo?

—¿Hace falta que te responda? —Levantó una ceja inquisidora.

—Cariño, a veces no te reconozco. Déjate llevar. Tienes una madre en plena crisis de los cuarenta dispuesta a emborracharse contigo, aprovecha la oportunidad —Hundió la horquilla en el moño que se le movía y miró a su alrededor—. En serio, estos zapatos merecen saber que no dieron la vida en vano. ¿A dónde vamos?

—Buena pregunta —Carraspeó e intentó sonar lo más neutro posible—: Al cementerio —Eunhye ya estaba en shock y con lo siguiente terminó de rematarla—. Tienes un concierto.

—¿Perdón?

—Es gracioso. Bastante en realidad. ¿Recuerdas la cápsula del tiempo en la que me animaste a participar cuando te conté que Jimin se había pasado por el barco a desayunar? —Movió la cabeza adelante y atrás confirmando que lo hacía—. Eres la víctima de Namjoon. Quería que le dedicaras tu mejor actuación. Creo que lo llaman karma, mamá.

—Pero yo… yo… Sabes que lo dejé —Parpadeó confusa y él dejó de contemplar el suelo y recuperó la visión periférica que incluía a la mujer que lo había traído al mundo y susurraba con sonrisa triste y ojos vidriosos—: Oh, Namjoon, ¿en qué lío me has metido…?

—¿Por qué? ¿Por qué lo dejaste?

—Supongo que continuar sin ellos… —balbuceó y reconoció—: simplemente estaba mal. ¿Recuerdas cómo surgió Notas desde Gwangyang?

—No.

—Fue la primera vez que Jimin, Namjoon y Yoongi se quedaron a dormir en casa, por aquel entonces Seokjin todavía no formaba parte de la familia. Quería agradarles al resto de las madres para que dejaran de excluirme y me ofrecí sin saber que elegirían justo el fin de semana que tus abuelos se iban a ver a unos parientes a Namhaedo y que Jaewook se enfermaría de una gastroenteritis. Estaba asustada y lo llamé, una cosa era demostrar mi ineptitud como adulta contigo y otra arruinarlo rodeada de unos niños a los que mi cena les había parecido basura. Jaewook propuso que utilizara alguna de mis habilidades ocultas para entretenerlos y me puse a cantar mientras le daba vueltas a qué sería mejor, si pintar, encender la televisión o sacar el arsenal de chocolate y que pasara lo que tuviera que pasar… —Detuvo la limpieza del calzado y su mirada se perdió en el infinito—. Pero al girarme, ahí estaba él, el peor de todos con diferencia, Namjoonie, sentadito embobado. Dijo: «Señora Jeon, cantas muy bonito, algún día vamos a casarnos»; así que seguí haciéndolo animada… por algo tan patético como el comentario de un niño. Poco a poco se unieron y di mi primer concierto con público… ¡Y nació una banda! Soy consciente de que es una historia menos apasionante que la de cualquier grupo de rock, pero no la cambiaría por nada. ¿Lo entiendes ahora?

That Summer ❀ KooktaeWhere stories live. Discover now