Destiny Blue (Terminada)

Miedo

Juliana no supo cómo pudo tomar su celular y llamar a Rocío luego de que escuchara la sirena de la ambulancia y vio a la doctora llegar por su flanco derecho; quizás el sonido de alarma la sacó del limbo en el que estaba. No recuerda que su madre le había quitado el celular de la mano cuando no le pudo seguir hablando a la doctora. Su suegro y su padre se estaban encargando del traslado de Valentina a la ambulancia y luego a la clínica.

Cuando llegó con Lupe al centro médico, todavía estaba desconectada del mundo, sin poder llorar o hablar, respirando solo de forma orgánica; sólo pensaba en Valentina y la palpable realidad de perderla, el choque psicológico la tenía a media máquina, y esa media porción de ella funcionando sólo trataba de despertarla ante el panorama real y cruento de la posibilidad de perder a su hermosa ojiazul.

Hasta que esa realidad la golpeó.

Estaba tan asustada que no había caído en cuenta que si estaba en la sala de espera era porque todavía estaba viva. Ella únicamente escuchaba voces, sirenas, alarmas y la voz de su madre diciéndole, cariñosamente, que "todo estaría bien".

Y todo era apenas el inicio.

Dos días habían pasado y Juliana estaba aferrada a la puerta de entrada, en donde sabía tenían a Valentina en cuidados intensivos.

—Hija, Valentina estará bien pronto, pero si despierta y te encuentra así —señaló Lupe suavemente, y la miró de arriba abajo—, se va a enfadar o al menos preocupar, ella es tan pulcra... con clase... especial... Que sé que estarías en problemas... —trató de bromear.

—Ma, ella... ella... —Juliana sólo pudo hablar para lamentarse.

—Lo sé mi amor —respondió con pesar—, estuve con León cuando Rocío les informó de la situación.

—La estoy perdiendo...

—No fue eso lo que nos informó, Rocío le dio seguridad a León de que estaría bien, nos pidió paciencia.

—Pero...

—No seas pesimista, bebé —la interrumpió—, no te adelantes a nada, ella todavía está con vida, y en cualquier momento estará a quirófano, Rocío solo está afinando unos detalles, tenemos que concentrarnos en ello y el mejor de los resultados.

—...

—Además —continuó—, tu suegra y cuñada llegarán en cuatro horas. —Juliana la miró con alarma—. Obligué a León para que les avisara luego del último parte médico que recibimos. —La morena bajó su mirada—. Bebé, necesito que te refresques y cambies y recibamos a la familia de Valentina, León ha mantenido todo con mucha templanza, pero está a nada de desplomarse... —le informó—. Necesito que seas el apoyo para ellos, apoyo que Valentina recibió de ti. Que ella cuenta tener de ti.

La morena cerró sus ojos y apretó sus labios, su corazón estaba tratando de ir un pulso más arriba para animarla. Levantó su rostro y vio a su madre, la mirada que recibió le ayudó a salir de su estado.

—Mamá —dijo con voz calmada—, lo haré, pero no ahora, no quiero irme de su lado... no puedo. Entiéndeme, por favor.

—Tranquila, ya tengo una habitación para ti en el hotel que está a una manzana de aquí, ya está ahí todo lo que necesitaras, Laura, mi asistente, te acompañará y yo me quedaré aquí al lado de mi nuera —le indicó serenamente a sabiendas que ello le ayudaría a convencerla—. Estarás cerca, para tu tranquilidad no tardarás mucho en llegar si se presenta algún cambio.

Juliana se reincorporó con algo de dificultad, pero decidida a hacer todo lo que le indicó su madre, le asintió, y de inmediato la mayor de las Valdés le indicó a su asistente para que se encargara, y así fue.